viernes, 29 de enero de 2016

El Bienno Rosso

El Bienno Rosso
¿Qué fue?

El biennio rosso o en español bienio rojo, es una sucesión de eventos de los años de 1919-1920 en la historia de Italia, protagonizada principalmente por los consejos de fábrica. Se le llamó rojo debido a la masiva revuelta popular de orientación socialista y anarquista que se dio sobre todo en el norte de Italia. Estos consejos de fábrica se generalizan vertiginosamente primero por toda la ciudad de Turín constituyéndose en cada una de las fábricas de la ciudad. En abril de 1920, se desata un conflicto menor por cuestiones de horario que va a abrir las puertas al verdadero problema de fondo: el poder obrero en las fábricas.

Los obreros se lanzan a la huelga que se extiende rápidamente por toda la región del Piamonte, y luego alcanza la Lombardía involucrando medio millón de obreros. A la cabeza de éstos se ponen los "consejos obreros" inspirados en los soviet de Rusia que organizan cada detalle y rubrican su funcionamiento al máximo como dirección del proceso. Esto avisoraba una situación pre-revolucionaria.



Consejos de Fábrica

En Turín, y en el norte de Italia el movimiento obrero empezó a crecer en torno a comisiones internas. La ciudad de Turín, edificada alrededor de grandes fábricas automotrices, era el centro industrial más importante de toda Italia y reunía la flor y nata de la clase obrera italiana. La fábrica automotriz de Fiat en Turín vio el surgimiento, en agosto de 1919, del primer "consejo de fábrica" que abrió el período conocido en la historia como el bienio rojo italiano.

Los consejos eran organismos de autoorganización obrera inspirados en el ejemplo de los "soviets de obreros y campesinos" creados en Rusia. En Italia estos "consejos" se componían de representantes, uno por cada 15 ó 20 personas, elegidos por asambleas por sección de la planta y por todos los obreros, estuvieran o no afiliados al sindicato. Los administradores de sección de planta elegían entonces una comisión interna de mandato revocable. Esto era conocido como el "consejo de la fábrica", una estructura de democracia directa practicada y propuesta por los anarcosindicalistas -aunque normalmente dentro de sus sindicatos-, y hoy a través de los consejos de voceros de los anarquistas modernos.

Sus funciones iban desde el control del personal técnico, el despido de empleados que se muestren "enemigos de la clase obrera" (es decir, opositores al consejo), al control de la producción de la empresa y de las operaciones financieras. Los "consejos" eran creados principalmente por inspiración de los anarcosindicalistas, aunque al constatarse su éxito los militantes del Partido Socialista Italiano empezaron a fundar sus propios "consejos".



Inicios de los Consejos 

Antes de noviembre de 1918, estas "comisiones" eran apenas un órgano de asesoría del respectivo sindicato y antes del febrero de 1919, la Federación Italiana de Trabajadores del Metal (FIOM) ganó un contrato para permitir a las comisiones en sus lugares de trabajo. Entonces intentaron transformar a estas comisiones en consejos dotándolos de una función directiva y no sólo de asesoría. Antes de mayo de 1919, los consejos “se convirtieron en la fuerza dominante dentro de la industria metalúrgica y los sindicatos (convencionales) estaban en peligro de convetirse en unidades administrativas marginales” según Carl Levy (en su libro "Gramsci y los anarquistas").

Aunque estos hechos sucedieron en gran parte en Turín, esta militancia recorrió Italia con campesinos y trabajadores que tomaban fábricas y tierra. En Liguria, por ejemplo, después de una interrupción en la paga, los trabajadores del metal y de la construcción naval ocuparon y dirigieron sus plantas por cuatro días.

Durante este período, la Unión Sindical Italiana (USI) se incrementó a 800.000 miembros y la influencia de la Unión Anarquista Italiana (20.000 miembros más Umanità Nova, su diario) creció por consiguiente.



Ocupaciones de Fábrica 

La Cofindustria (organismo que agrupa a los industriales italianos) responde ante este ambiente con un intento de cierre masivo de fábricas que, ante el convulsivo escenario, encendió más la situación ya que miles de obreros se movilizan a lo largo y ancho de Italia ocupando por la fuerza las fábricas donde laboran y concentrando los medios de producción de los principales centros económicos en sus manos. Para la defensa de las fábricas tomadas los militantes socialistas crean un cuerpo de "Guardias Rojos" imitando a los bolcheviques rusos.

Los anarquistas fueron los primeros en sugerir a los obreros tomar los lugares de trabajo y ponerlos en funcionamiento.

Los consejos de fábricas promueven la gestión obrera de la producción, como respuesta ofensiva al ataque de las patronales. La patronal exige al gobierno intervenir para frenar a los trabajadores, éste en cambio le requiere cumplir con las regulaciones industriales ya existentes.

Los trabajadores ferroviarios se negaron a transportar tropas, los obreros se fueron en contra de las consignas de los sindicatos reformistas y los campesinos ocuparon tierras, aunque cabe señalar que el movimiento era casi exclusivo de los trabajadores industriales en una país donde la mayor parte de trabajadores se hallaban en la agricultura (cosa que se señalaría luego como una debilidad).

La burguesía, presa del pánico y del peligro de perder el control de sus propiedades, firma un acuerdo en donde los trabajadores obtienen importantes ventajas reivindicativas y después de cuatro semanas de ocupación los trabajadores decidieron abandonar las fábricas. Esto fue debido a la actuación del Partido Socialista Italiano y de los sindicatos reformistas, quienes se opusieron al movimiento de ocupación y negociaron con el Estado por una vuelta a la "normalidad" a cambio de la promesa de aumentar legalmente el control de las fábricas por los trabajadores, en asociación con los jefes. Esta promesa no se mantuvo.

Los líderes socialistas, si bien simpatizaban con el movimiento, dudaban que los anarquistas tuvieran organización y liderazgo para desarrollar una lucha de largo plazo, y prefirieron pactar con el gobierno desde una "posición de fuerza". De hecho los diversos grupos anarcosindicalistas italianos tenían una gran adhesión obrera pero carecían de un programa común que aplicar después de la toma de las fábricas, siendo que la patronal confiaba en que, carentes de cuadros capacitados, los anarquistas teminarían capitulando al no poder manejar eficazmente las fábricas ocupadas. La falta de organizaciones "interfábrica" independientes hizo que los obreros dependieran de los burócratas de las uniones sindicales para obtener información sobre lo que pasaba en otras ciudades, y las autoridades estatales usaron ese elemento para aislar las fábricas y las ciudades entre sí.



Último Intento 

Gobierna un sentimiento de derrota entre la clase obrera que se unió a los "consejos" ya que el 27 de septiembre de 1920, se quita la autorización y se despide a los administradores de consejos, cosa que los trabajadores intentan bloquear con una paralización. Los patrones respondieron con un cierre, y con ayuda de miles de soldados del ejército del gobierno de Giovanni Giolitti, las fabricas son desalojadas y montó ametralladoras fuera de las fábricas. Las demandas de los jefes eran imponer otro contrato a la FIOM para modificar el control directivo. Estas demandas fueron dirigidas a destruir el sistema de consejos de fábrica y su modelo de asociación.

Los trabajadores de Turín respondieron a esto con una huelga general en defensa de los consejos. Los trabajadores habían invitado a los sindicatos y a los partidos marxistas y socialistas para unirse a la huelga, pero estos rechazaron la oferta al considerar muy difícil el triunfo de los trabajadores, y sólo los grupos anarcosindicalistas estaban dispuestos a actuar. No obstante la confederación local de la USI no podía proporcionar la infraestructura necesaria para un movimiento de ocupación totalmente coordinado. }

Después de dos semanas en huelga, los trabajadores decidieron rendirse y el movimiento obrero manifiestó cabalmente sus problemas para transformar la correlación de fuerzas. Al final, el control fue dado de nuevo a los jefes de las fábricas modificando las reglas de los contratos dando algunas concesiones legales pero suprimiendo definitivamente los consejos, con la ayuda de los grupos socialistas, y arrestaron a muchos de los principales organizadores obreros y anarquistas.



Disputas y Protagonistas

Las disputas dentro de la revuelta se dieron entre los sectores moderados del Partido Socialista Italiano que querían sólo lograr mejoras laborales, los sectores radicales del mismo partido liderados entre otros por Antonio Gramsci que estaban influenciados por la reciente revolución rusa de 1917 y que posteriormente fundarían el Partido Comunista Italiano, y los sectores de obreros y campesinos anarquistas entre los que se encontraba como líder y teórico sobresaliente Errico Malatesta así como el rol trascendental de la federación sindical Unione Sindacale Italiana (USI) de tendencia anarcosindicalista.
Otra figura importante en el movimiento fue Amadeo Bordiga quien se convertiría en teórico de la tendencia de izquierda comunista (tendencia posteriormente crítica de la línea del Comintern). Esta línea de pensamiento era contraria al leninismo y al estatismo.

Contexto y Consecuencias 

Hubo similares eventos en otros países europeos en el mismo período como los espartaquistas alemanes, la revuelta socialista de Baviera y la "república soviética" de Hungría, en mucho también motivados por la exitosa reciente revolución rusa, pero en la primavera de 1919 todas estas sublevaciones socialistas habían sido ya vencidas. En el caso italiano, la represión estatal, la desorganización de los anarcosindicalistas, y la división entre los sectores de socialistas terminaron por quitar toda fuerza al movimiento, el cual fue incapaz de oponer resistencia activa a un nuevo grupo político aparecido en Italia: los fascistas.

Las revueltas del biennio rosso motivaron a la alta burguesía italiana a mirar con sospecha cualquier movimiento obrero, y cuando en 1919 el ex-socialista Benito Mussolini fundó su movimiento de los fascios de combate basado en un virulento anticomunismo, la burguesía italiana decidió apoyarlo como medio de contrarrestar las actividades de socialistas y comunistas.

Al contrario de las disensiones en el Partido Socialista Italiano entre "radicales" y "moderados" sobre las tácticas a seguir, los fascistas de Mussolini, con una base antisocialista y anticomunista, utilizaron como táctica básica a la violencia contra personas y bienes, violencia ejecutada por un grupo paramilitar creado específicamente para ello: los camisas negras. Los anarquistas italianos, dedicados esencialmente a la sindicatos con base local, carecían de organización centralizada a diferencia de los fascistas, y las discrepancias de método y disciplina también obraron en su contra.

Mussolini aprovechó el miedo de los industriales y se mostró como decidido opositor del bienio rosso, empleando desde 1921 a sus belicosos camisas negras para someter por la violencia a los líderes izquierdistas que intentaran repetir las huelgas de 1919-1920. Con ello, Mussolini terminó subiendo al poder poco después en tanto el fascismo fue apoyado como "prevención contrarrevolucionaria", lanzado como resultado de la fracasada revolución.



Fuente:

- https://es.wikipedia.org/wiki/Biennio_rosso


0 comentarios:

La Semana Trágica Argentina

La Semana Trágica de Argentina

¿Qué fue?

La Semana Trágica es el nombre con el que se conocen los incidentes ocurridos en Buenos Aires en la semana del 9 de enero al 14 de enero de 1919, entre manifestantes obreros de tendencia anarquista y sectores nacionalistas, ocurridos durante el gobierno de Hipólito Yrigoyen.

El conflicto se había originado con la toma de los Talleres Vasena en reclamos de mejores condiciones laborales. El Gobierno aceptó el planteo gremial desde un principio, pero la intransigencia del sector anarquista de la FORA, sumada al accionar violento de rompehuelgas y de grupos nacionalistas, derivó en una escalada de violencia.

El gobierno radical mantuvo en todo momento la postura de aceptar el reclamo sindical, pero no pudo contener la escalada de violencia entre los sectores en pugna.

Los incidentes dejaron un saldo de 141 a 700 muertos (según la fuente que se tome) y centenares de heridos. Este suceso es conocido también como el primer pogrom en América Latina, ya que la Liga Patriótica Argentina atacó a la comunidad judía local.



Antecedentes

Desde su asunción, el gobierno radical lleva adelante una política abiertamente progresista que indigna profundamente a los conservadores en retirada. Yrigoyen recibía en su propio despacho a los dirigentes obreros, y mediaba personalmente para resolver los conflictos, decidiendo casi siempre a favor de los trabajadores.

Se impulsaron varias leyes a favor de la clase obrera, como la ley de organización gremial, la ley de contrato colectivo de trabajo, la adhesión de la República Argentina a las Convenciones Internacionales del Trabajo, la jornada de trabajo de ocho horas, el descanso dominical, el seguro por accidentes de trabajo, el salario mínimo, la ley de jubilación, entre muchas otras.

El radicalismo llevó adelante una clara política económica nacionalista en desmedro del liberalismo económico de los conservadores ligados al modelo agroexportador (sector que de todas formas seguía siendo el motor de la economía y crecía a buen nivel) y que le valió a Yrigoyen ser abucheado en la Sociedad Rural Argentina.

La llegada a poder de la UCR significó la entrada en escena de las clases populares y medias. Los conservadores se referían despectivamente a estos sectores como "la chusma radical" y a Hipó-lito Enraigonen como el peludo por su conocido bajo perfil ya que no daba discursos.

Otro hecho que indignaba a estos sectores era la política exterior del Gobierno. La administración radical rechazó la presión norteamericana de declararle la guerra a Alemania durante la Primera Guerra Mundial, se opuso luego a la exclusión de esta de la Sociedad de las Naciones tras el fin de la guerra, se resistió al proyecto del Pacto Panamericano de Paz de Wilson, intentó realizar una conferencia de países latinoamericanos, reconoció al Gobierno provisional ruso y mantuvo a los funcionarios diplomáticos luego del triunfo bolchevique y rechazó la invasión norteamericana en la República Dominicana (y no reconoció la autoridad del gobierno de ocupación).

En los años que culminaron en la Semana Trágica, hubo varios actos de violencia por parte de los anarquistas y obreros que tomaron el camino de la militancia violenta. El 25 de mayo de 1910, en un esfuerzo por interrumpir las celebraciones que marcaban el primer centenario de la Revolución de Mayo, un anarquista le dio una bomba a un niño para que la plantara adentro de una catedral bonaerense, pero la bomba explotó antes de tiempo y el menor murió y otro perdió ambos brazos. El 28 de junio 1910 otra bomba explotó adentro del Teatro Colón y 20 civiles resultaron heridos, y como consecuencia el Senado y la Cámara de Diputados aprobaron un proyecto de ley que imponía la pena de muerte para aquellos anarquistas responsables de muertes. El 9 de julio 1916, un anarquista intentó asesinar a balazos al presidente Victorino de la Plaza. El atentado tuvo lugar mientras el presidente argentino atendía en la capital argentina un desfile militar durante las celebraciones que marcaban el primer centenario de la independencia argentina. El 9 de febrero de 1918, se produjeron violentas huelgas en algunas de las principales ciudades de Argentina; por lo cual tropas del ejército fueron enviadas a las zonas de disturbios después de que cientos de anarquistas sabotearan las vías de ferrocarriles y quemaran carros cargados de trigo. Los militantes simpatizantes de la Revolución rusa hasta editaban y repartían un periódico entre los soldados conscriptos.

Ante esto, surgieron grupos de jóvenes conservadores y militares con tendencia abiertamente fascista que propugnaban frenar la chusma radical con sus propias manos. Así, surgieron grupos abiertamente antiyrigoyenistas, como la Liga Patriótica Argentina y su satélite diario La Fronda.



Cronología de los acontecimientos

Los sucesos comenzaron el 7 de enero con una huelga en los Talleres Metalúrgicos Vasena en la Ciudad de Buenos Aires (donde hoy se encuentra la Plaza Martín Fierro en el barrio de San Cristóbal). Los huelguistas, algunos de ellos afiliados a la FORA del V Congreso (de tendencia anarquista y que promovía la acción directa), reclamaban la reducción de la jornada laboral de 11 a 8 horas, mejores condiciones de salubridad, la vigencia del descanso dominical, el aumento de salarios y la reposición de los delegados despedidos.

El Departamento Nacional del Trabajo había hecho lugar a los reclamos obreros y dispuso satisfacer las demandas, que fueron desoídas por la parte empresarial. La empresa intentaba seguir funcionando con obreros rompehuelgas provistos por la Asociación Nacional del Trabajo, una asociación patronal que junto con el embajador inglés quiso entrevistarse con Yrigoyen, quien no los recibió y los hizo echar de la casa de gobierno.

Un disturbio entre los obreros en huelga terminó con la intervención de la policía, que disparó con armas largas contra la multitud. En la confrontación, un cabo de la policía, Vicente Chávez, sufrió varias heridas con arma blanca que le produjeron la muerte En la calle Suipacha, los huelguistas atacaron un tren eléctrico del Central Argentino, resultando muerto un pasajero. En respuesta a esto, Yrigoyen relevó al jefe de policía, nombró a Elpidio González en ese puesto, y prohibió la Liga Patriótica Argentina.

Ni bien entró en funciones, Elpidio González comenzó a negociar -por instrucción del Presidente- con dirigentes de la FORA IX Congreso, de tendencia sindicalista, y que no propiciaba la violencia como medio político.

Rápidamente llegó a un acuerdo con Sebastián Marotta, secretario general de la entidad gremial, por el cual se aceptaban todos reclamos obreros, se establecía un plazo de 24 horas para su aplicación por parte de Vasena, y se liberaban a los obreros detenidos durante los incidentes. A cambio, los huelguistas deberían desalojar el establecimiento ocupado.

Sin embargo, la tendencia anarquista de la FORA logró imponer el rechazo al acuerdo en el plenario de la agrupación gremial y la continuidad de la huelga.

Elpidio González decidió entonces ir personalmente a los talleres para negociar con los manifestantes, antes de que la situación se tornara más violenta. Los huelguistas desconocieron su autoridad y los sectores más radicalizados intentaron agredirlo volcando e incendiando el auto oficial en el que había llegado. Esta acción provocó la muerte del subteniente Antonio Marotta, comandante del pelotón de fusileros encargados de la protección de González.



Ante el estancamiento de las negociaciones y la negativa radical de reprimir, la patronal decidió intervenir mediante grupos de choques y rompehuelgas, a los cuales se sumaron organizaciones de ultraderecha, como la Liga Patriótica Argentina, que produjeron violentos incidentes en todo Buenos Aires contra trabajadores, inmigrantes, judíos, y cualquier persona que fuese vista como una amenaza para la patria por parte de estos grupos. El saldo fue de cuatro obreros muertos y más de treinta heridos, algunos de los cuales fallecieron después. En estos enfrentamientos, los huelguistas mataron a un joven estudiante, Pascual Arregui, de la Manifestación Patriótica.

La FORA declaró la huelga general, y el sector anarquista le añadió la palabra "revolucionaria".
Con la Policía de la Capital totalmente desbordada, el Gobierno decidió la intervención del Ejército para poner orden, y situó al frente al General de División Luis Dellepiane, un militar profesionalista que contaba con buenos antecedentes y que había estado siempre subordinado a la autoridad constitucional.

El 9 de enero se produjo un multitudinario sepelio por los obreros fallecidos, que es escoltado por los hombres de Dellepiane para evitar más incidentes. Más allá de un tumulto que se generó en la intersección de la Avenida Corrientes con Yatay, cuando algunos manifestantes cantaron consignas provocativas al pasar por una iglesia y fueron repelidos desde la misma, la caravana logró llegar al cementerio de la Chacarita sin mayores complicaciones.

Sin embargo, cuando estaba por comenzar a hablar el tercer orador, se produjo un episodio confuso. Algunas fuentes aseguran que el primer tiro vino por parte de los obreros, y sirvió de excusa a los extremistas. Lo concreto es que miembros del Regimiento de Caballería 8, de la Liga Patriótica Argentina y algunos bomberos, al mando del capitán Luis A. Cafferata, comenzaron a disparar contra los manifestantes. Esta acción es impulsada principalmente por sectores nacionalistas. Ese día, en la calle Pueyrredón un grupo de huelguistas mata a tiros al sargento del ejército Ramón Díaz, y en la calle Corrientes es muerto el comandante de un pelotón de fusileros, el subteniente Agustín Ronzoni y un civil a manos de los huelguistas. Un pelotón bajo el mando del sargento Bonifacio Manzo también cae en una emboscada y parte del Regimiento de Infantería 7 es obligado a recurrir al uso de una ametralladora pesada Vickers para repeler a los atacantes. El Regimiento de Infantería 3 también se ve obligado a intervenir y liberar a 400 trabajadores que se negaron a participar en las huelgas, y que ahora se encontraban atrapados en los Talleres de Vasena por los anarquistas, quienes planeaban incendiarlos junto con el edificio. Los conductores de ambulancias y los médicos a bordo tuvieron que salir armados con revólveres para poder defenderse de los huelguistas que buscaban venganza.

Al día siguiente, Dellepiane amenazó con "emplazar la artillería en la plaza del Congreso y atronar con los cañones toda la ciudad" si la violencia de ambos bandos no cesaba. Mientras tanto, un destacamento del ejército instalado frente a la fábrica abrió fuego contra los obreros y en otros lugares dos policías son muertos, el cabo Teófilo Ramírez y el agente Angel Giusti, al ser atacados por los huelguistas.

El 12 de enero, los Regimientos de Caballería 5 y 12, apoyados por un regimiento de artillería de montaña, entraron en Buenos Aires junto con 300 soldados de la infantería de marina.

Yrigoyen ratificó con la FORA socialista la liberación de los obreros detenidos, un aumento del 40%, y la reducción de la jornada laboral. Citó a Pedro Vasena a su despacho y le exigió la aceptación total e incondicional de lo que acababa de acordar con la FORA. Vasena no tuvo otra alternativa que ceder.

La FORA anarquista volvió a rechazar el acuerdo y pidió la liberación de Simón Radowitzky, un anarquista que purgaba prisión perpetua en Ushuaia por haber asesinado al jefe de policía Ramón Falcón 11 años atrás.

Una investigación realizada durante esas fechas por Estados Unidos, y difundida después, planteó que los obreros anarquistas habían actuado bajo la influencia de agentes germanos y soviéticos (por intereses económicos los primeros e ideológicos los segundos).

Mientras tanto, algunos de los huelguistas querían reanudar la lucha armada y en la mañana del 13 de enero trataron de apoderarse de las armas de una estación de policía, pero se vieron obligados a retirarse después de encontrarse bajo fuego de un pelotón de fusileros de infantes de marina recién llegados del crucero ARA San Martín.

Finalmente, el martes 14 de enero, Dellepiane se reunió por separado con las dos FORA, en donde ambas pidieron "la supresión de la ostentación de fuerza por las autoridades" y el "respeto del derecho de reunión". Es decir, que el Gobierno garantizara la normalización de la situación. El planteo fue aceptado y ambas centrales finalmente levantaron la huelga.

Al día siguiente, Yrigoyen ordenó hacer efectiva la puesta en libertad de todos los detenidos. Por su parte, Dellepiane dictó la siguiente orden del día:

Quiero llevar al digno y valiente personal que ha cooperado con las fuerzas del ejército y armada en la sofocación del brutal e inicuo estallido, mi palabra más sentida de agradecimiento, al mismo tiempo que el deseo de que los componentes de toda jerarquía de tan nobles instituciones, encargadas de salvaguardar los más sagrados intereses de esta gran metrópoli, sientan palpitar sus pechos únicamente por el impulso de nobles ideales, presentándolos como coraza invulnerable a la incitación malsana con que se quiere disfrazar propósitos inconfesables y cobardes apetitos.



Pogrom

Desde que Yrigoyen ordenó al Ejército recuperar el control de la ciudad, durante tres días Buenos Aires sería zona liberada para la acción homicida del Ejército, la policía y grupos de civiles armados y "guardias cívicas radicales", que unos días después se organizarían bajo el nombre de Liga Patriótica. Fueron arrasados los barrios obreros, incluyendo el barrio judío del Once, donde las fuerzas represivas produjeron el único pogrom (matanza de judíos) que se haya realizado en el continente americano, convocando a “cazar rusos”. En medio de la masacre apareció la frase “yo, argentino”, utilizada como salvoconducto para salvar la vida.

El saldo total fue de unos 800 muertos nunca identificados: ancianos, mujeres, niños, hombres. Hubo también decenas de desaparecidos, miles de heridos, y más de 50.000 detenidos. Fueron quemadas viviendas obreras, sinagogas, locales sindicales y partidarios, periódicos, bibliotecas populares y judías, cooperativas. El gobierno detuvo y torturó a miles de ciudadanos, como el inmigrante judío Pinie Wald al que acusó falsamente de ser el líder de una revolución judeo-comunista y facilitó a los grupos parapoliciales las comisarías donde establecieron sus bases operativas. Una vez liberado Pinie Wald relató las torturas y ultrajes sufridos en el libro Koschmar (Pesadilla), escrito en idish y traducida al español recién en 1987.

Debido a la importancia de los acontecimientos, ha sido objeto de numerosas obras y ensayos, además de ser sujeto de muchas interpretaciones respecto a sus causas y al accionar del gobierno.

Para los anarquistas representó un estandarte de la lucha contra el Estado. El peronismo lo utilizó con posterioridad para acusar al gobierno radical de reprimir a los obreros. Los radicales, por su parte, sostienen haber quedado en medio de pujas entre sectores radicalizados tanto de derecha como de izquierda, maximizados por el ambiente de tensión de la época producto de las medidas progresistas de Yrigoyen y de la reciente Revolución de Octubre, con sus propósitos de revolución mundial. Reivindican, a su vez, haber aceptado el reclamo obrero desde un principio.


Fuente:

-https://es.wikipedia.org/wiki/Semana_Tr%C3%A1gica_(Argentina)




0 comentarios:

miércoles, 27 de enero de 2016

La Revolución Majnovista

La Revolución Majnovista
¿Qué fue?

La revolución majnovista (o makhnovista), llamada también Majnóvschina o Majnovia, e incluso revolución ucraniana, fue una revolución de corte anarcocomunista en Ucrania, coordinada por un conjunto de guerrillas unidas en el Ejército Insurreccional de Ucrania (llamado Ejército Negro por el color de sus banderas) donde uno de sus principales organizadores fue Néstor Majnó (de allí su nombre). Donde el Ejército Negro pudo implantarse, los aldeanos y trabajadores trataron de abolir las estructuras del Estado y el sistema capitalista-estatal a través de asambleas y federaciones de aldeas, municipios y consejos.

Esta zona liberada de gobiernos centrales se denominó Territorio Libre, donde la tierra y las fábricas fueron expropiadas a terratenientes e industriales y los trabajadores practicaron la autogestión. La economía implementada por los majnovistas se basaba en el intercambio libre entre las comunidades rurales y urbanas; además la pertenencia a estas comunidades era voluntaria; de hecho las personas que elegían no integrarla tenían ciertos derechos y libertades sobre la misma, aunque no gozaba la totalidad de las ventajas que ofrecía la pertenencia y participación. El Ejército Negro no gobernaba, sino que dejaba a la población en libertad de organizar su modelo de vida y en principio se limitaba a potenciarla y defender a la población de otros ejércitos y de cualquier intento de volver a levantar un Estado.



Origen

La revolución de febrero de 1917, que colocó a Aleksandr Kérensky al frente del gobierno republicano burgués en Rusia, en Ucrania se salda con el gobierno del "demócrata" Petlura, líder de la burguesía nacionalista. La revolución bolchevique que depone a Kérensky no se reproduce en Ucrania, dado que a pesar de haber proliferado los sóviets (que ya funcionaban cuando Kérensky tenía el poder en Rusia) y haberse expulsado terratenientes, las tentativas de infiltración y control por parte del partido bolchevique fueron resistidas (o, mejor sería decir, ignoradas).

Esta deriva de los acontecimientos se profundizó cuando, a principios de 1918, el nuevo gobierno bolchevique en Rusia firmó en el Tratado de Brest-Litovsk un pacto de no agresión con las Potencias Centrales que de facto les cede grandes cantidades de territorio, incluyendo Ucrania. En breve, austriacos y alemanes restablecen el poder de los nobles y terratenientes y saquean el país, confiscándose y enviándose los bienes con valor (alimentos, armas, joyas...) a Alemania.

Trabajadores, campesinos y pequeños propietarios ucranianos tomaron las armas para defender sus recientes conquistas, y formaron unidades partidistas que libran una guerra de guerrillas contra los alemanes y austriacos. Acabarán convirtiéndose en el denominado "Ejército Negro", y tras luchar también contra los "rojos" (bolcheviques), blancos (antibolcheviques promovidos por las potencias occidentales) y pogromistas (antisemitas), implantan una revolución anarquista (o al menos un germen de tal) que gestiona sus territorios con una "política desde abajo", sin jerarquías.

Transformaciones

Las guerrillas eran de carácter voluntario: en ellas la designación de los grados es electiva y la aceptación de la disciplina es voluntaria. La estrategia es apuntarlar una región liberada desde la que extender la resistencia y a la vez concretar la revolución sobre bases libertarias. Se organizan en "sóviets libres" o también llamados comunas agrícolas libres (estas debían ser totalmente independientes de cualquier partido político y tomaban las decisiones en asambleas). Las comunas (sóviets/municipios) están federadas en distritos, y éstos en regiones. De esta manera, en el sur de Ucrania (un territorio que formaba una especie de círculo de unos 250 por 280 km y cuyo centro era Guliaipole) se consigue poner en práctica la idea. Redactan manifiestos sobre la revolución social y las comunas libres, y organizan reuniones continuamente (asambleas y congresos).



Conflictos

Los nacionalistas burgueses ucranianos, liderados por Petlura, se hacen con el territorio que aún estaba en manos de los alemanes. Y cuando intentan conquistar el Sur, el ejército insurreccional libertario (Ejército Negro) les repele constantemente, asestándoles serios reveses. De todas maneras, la zona en manos de Petlura pronto cae en manos de los bolcheviques rusos.

En diciembre de 1918, el general Denikin inicia la primera contraofensiva de los monárquicos y ataca Ucrania. Se produce una alianza bolchevique-majnovista para afrontar la amenaza, aunque León Trotsky afirma preferir una victoria de Denikin en Ucrania, que permitir la expansión de los anarquistas y la “contaminación” de las masas,1 por lo que se niega a dar armas a los guerrilleros majnovistas. En junio de 1919 se produce una campaña militar por parte de los bolcheviques para impedir el Cuarto Congreso de Sóviets Libres, y definen como acto de alta traición cualquier participación en ese congreso (casi un año antes habían declarado “contrarrevolucionario” al Tercer Congreso) e intentan asesinar a Néstor Majnó

Denikin consigue atravesar Ucrania y sigue hacia Moscú, aniquilando el Ejército Rojo a su paso. Mientras los anarquistas retroceden lentamente, se reagrupan y combaten. Finalmente, el ejército libertario ataca sorpresivamente el grueso del ejército de Denikin y en la batalla de Umán los aniquilan casi completamente, por lo que el Ejército blanco se retira a Crimea.

En noviembre de 1919, los bolcheviques atacan el Sur de Ucrania. No menos de doscientos mil campesinos y obreros son fusilados o mutilados por el ejército bolchevique, por considerarles simpatizantes de Majnó. Un número superior es conducido a Siberia en esa etapa.

En abril de 1920, Wrangel penetra desde Crimea con las últimas reservas de los ejércitos zaristas. De nuevo se crea la alianza bolchevique-majnovista para acabar con los blancos

Nestor Makhno
Traición

En noviembre los anarquistas entran en Crimea y acaban con el ejército zarista. Poco después, el gobierno bolchevique, invitó a los oficiales del ejército majnovista en Crimea a participar en un consejo militar. Tan pronto como llegaron a la cita, fueron detenidos por la Cheka (policía política) y fusilados. Al mismo tiempo se lanzó una ofensiva a fondo contra Guliaipole. La guerrilla libertaria, diezmada por la guerra contra los blancos, apenas disponía de 3000 combatientes que deberían enfrentarse a los 150.000 combatientes del Ejército Rojo. Todos los grupos van siendo aniquilados. En el verano de 1921, un grupo de 100 jinetes (30 de ellos heridos, entre ellos Majnó) consigue cruzar el río Dniéster, pasando a Rumania. Definitivamente aniquilada la guerrilla, los bolcheviques dedican los meses siguientes a la “limpieza total” (fusilamientos y deportaciones) de Ucrania. En los años posteriores extirpan el recuerdo de lo que representó la majnóvschina y el movimiento anarquista en Ucrania.



Fuentes:

- http://www.nestormakhno.info/spanish/



0 comentarios:

La Rebelión de Baja California


La Rebelión de Baja California

¿Qué fue?

La Rebelión de Baja California o Liberación de Baja California fueron los sucesos que formaron parte de una campaña militar de carácter anarquista impulsada por el Partido Liberal Mexicano (PLM) al norte de Baja California en 1911, en el contexto de la Revolución mexicana. Los rebeldes se enfrentaron a las fuerzas del régimen dictatorial de Porfirio Díaz y más tarde a las del gobierno provisional de Francisco León de la Barra apoyado por grupos maderistas.

La rebelión fue planeada y coordinada por la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano desde Los Ángeles, California, con el fin crear un espacio territorial liberado y de orden libertario en México, como base para extender una revolución social al resto del país. El plan enarbolaba el Programa del Partido Liberal Mexicano de 1906 por lo que al mismo tiempo que en Baja California, grupos magonistas libraron batallas, aunque en menor medida, en otros Estados como Sonora, Chihuahua, Coahuila, Tlaxcala, Veracruz, Oaxaca, Morelos y Durango.



El control de la península de Baja California, en la estrategia de rebelión del PLM, era parte de un plan de contingencia en caso de sufrir derrotas en los Estados del norte, el cual suponía menor fuerza de las guarniciones federales de la zona, de tal manera que sería fácil tomar las plazas y ganar tiempo para reorganizar el Ejército Liberal; para después avanzar hacia el sur de la península y dirigirse a Sonora y Sinaloa.

En el levantamiento del 20 de noviembre de 1910 grupos magonistas y maderistas combinaron sus fuerzas para ocupar plazas importantes en los Estados del norte, sin embargo las diferencias ideológicas entre ambos grupos provocó que al poco tiempo surgieran confrontaciones entre ellos. Los magonistas fueron perdiendo presencia en Chihuahua, aunado a que algunos jefes guerrilleros liberales fueron aprehendidos por Francisco I. Madero al negarse aquéllos a reconocerlo como presidente provisional. Cuando algunos liberales consiguieron reagruparse en Baja California, comenzó una campaña con la captura de Mexicali.

Antecedentes

Desde 1903 el coronel Celso Vega había sido nombrado jefe político del distrito norte por Porfirio Díaz. Al igual que el dictador, el coronel Vega no gozaba de credibilidad entre la población de Baja California. La Junta Organizadora del PLM, que desde 1906 realizaba acciones para derrocar el régimen de Díaz, envió en 1910 a Fernando Palomares y Pedro Ramírez Caule, quienes habían participado en la Huelga de Cananea, para que se pusieran en contacto con los indígenas Camilo Jiménez y Antonio Cholay con el objetivo de preparar los mapas del terreno y organizar grupos indígenas para la lucha armada; desde entonces la Junta Organizadora —que residía en Los Ángeles— coordinó la propaganda, la provisión de fondos, el reclutamiento de voluntarios y la planeación general para atacar Baja California. 

Cruz roja

El Ejército Liberal contaba con unos cuantos soldados rasos que recibían un salario de 1 peso diario y los oficiales recibían un pago algo mayor al que recibían sus equivalentes en el ejército federal. Dada la baja población en Baja California, el reclutamiento de extranjeros residentes en Estados Unidos fue amplio; Algunos historiadores recogen la versión de que a los reclutas se le ofrecía de 100 a 600 dólares en oro y granjas de 160 acres para cada uno, aunque lo más probable es que quien hiciera estas ofertas fueran los encargados reclutamiento y no la Junta del PLM; además durante el juicio en Los Ángeles a los integrantes de la Junta Organizadora por violar las leyes de neutralidad durante la rebelión en Baja California, un contrabandista declaró que el gobierno estadounidense le había ofrecido a él y a sus compañeros exonerar sus delitos, a cambio ayudar a procesar penalmente a los Flores Magón, Librado Rivera y Anselmo L. Figueroa, y menciona que entonces fabularon que habían sido enlistados por la Junta en Los Ángeles, recibido 5 dólares y la promesa de 160 acres de tierra.

Toma de Mexicali

La campaña del PLM en el entonces llamado Territorio Norte de Baja California comienza el 29 de enero de 1911, cuando cerca de 30 rebeldes guiados por José María Leyva y Simón Berthold, junto con un grupo de residentes entre los que se encontraban Margarita Ortega y Natividad Cortes, tomaron el pueblo de Mexicali sin encontrar resistencia; abrieron la cárcel, ocuparon el cuartel, confiscaron los fondos de la aduana y de otras oficinas de gobierno. La mayoría de los residentes de Mexicali cruzó a Calexico, donde permanecieron hasta el mes junio. Otros pobladores se unieron a los rebeldes así como muchos extranjeros socialistas y anarquistas principalmente militantes (wobblies) de la Industrial Workers of the World (IWW). Más tarde, el 15 de febrero las fuerzas del PLM se enfrentaron y derrotaron a las tropas federales a cargo del coronel porfirista Celso Vega. El triunfo incrementó el ánimo y el número de rebeldes; para finales de febrero ya había cerca de 200 hombres levantados en armas entre mexicanos y extranjeros. En total, las fuerzas magonistas llegaron a 500 hombres de los cuales aproximadamente 100 eran estadounidenses, entre los que se encontraban los wobblies Frank Little y Joe Hill. Por su parte el gobierno estadounidense en Calexico y Yuma había ofrecido apoyo militar al gobierno mexicano a fin de proteger las obras hidráulicas que ingenieros estadounidenses realizaban en el Río Colorado desde diciembre de 1910 con la autorización del gobierno de Porfirio Díaz.


Filibusteros

El 21 de febrero, 60 integrantes del Ejército Liberal dirigidos por William Stanley, miembro de la IWW, tomaron la aduana de Los Algodones, sin el consentimiento de Leyva. Pocos días después, otro grupo de liberales, comandado por José María Cardoza, asaltó el campamento de obras del Río Colorado, obteniendo provisiones, armas, parque y nuevos reclutas entre los trabajadores.

Soldados porfiristas del VIII Batallón de Mexicali que combatieron la rebelión magonista.
En el mes de marzo los liberales atacaron Tecate en dos ocasiones y en ambas fueron repelidos. Entonces marcharon rumbo al poblado de El Álamo, al sureste de Ensenada, donde cerca de 200 rebeldes consiguieron tomar la plaza; ahí Simón Berthold fue herido de muerte. Días después, William Stanley también murió en un enfrentamiento con tropas federales cerca de Mexicali.
El número de extranjeros que para entonces componían el Ejército Liberal era superior al de los mexicanos y los anglosajones desobedecían a los oficiales mexicanos. Las órdenes enviadas por la Junta del PLM desde Los Ángeles eran continuamente interceptadas por las autoridades lo que hacía más difícil la coordinación de la campaña. La Junta nombró jefe a Carl Ap Rhys Pryce y le ordenó combatir a los federales, pero Pryce a principios de mayo partió con una columna hacia Tijuana que se llamó "segunda división", considerando que sería un plaza estratégica para después atacar Ensenada, y dejó otro grupo para que defendiera Mexicali, la "primera división".

En abril las autoridades mexicanas reportaban una gavilla de revoltosos formada por 400 hombres aproximadamente que mantenían actividades en el Valle de Mexicali. Los últimos días de abril, 126 magonistas dirigidos por John R. Mosby ocuparon Tecate sin combatir. El 2 de mayo los liberales acamparon en el rancho El Carrizo, al sur de Tecate; ahí fueron atacados por federales y Mosby resultó herido de un pulmón; al no contar los liberales con auxilio médico lo trasladaron al lado estadounidense de Tecate para que fuera atendido. Sam Wood, wobbly, fue electo como jefe provisional mientras Mosby se recuperaba y el grupo avanzó rumbo a Tijuana para unirse a la columna de Pryce.

Enrique Flores Magón, a través de un artículo en Regeneración del 20 de mayo, informa que los rebeldes habían creado una pequeña biblioteca en Mexicali, donde todo el que lo deseara podía ir a instruirse. La conquista del pan de Kropotkin, que los liberales consideraban como una especie de biblia anarquista, sirvió de base teórica a las efímeras comunas revolucionarias.

Hermanos Magón


Toma de Tijuana

El 8 de mayo de 1911, la Segunda División del Ejército Liberal Mexicano a cargo de Pryce, tomó Tijuana y el día 13, el poblado de San Quintín.

El mismo 8 de mayo, Ciudad Juárez fue atacada por fuerzas maderistas. El 10 de mayo la plaza fue rendida por los federales. La toma de Ciudad Juárez trajo como consecuencia que el 21 de mayo un representante del gobierno de Porfirio Díaz y Francisco I. Madero firmaran un convenio en el cual Díaz aceptaba renunciar a la presidencia, quedando como presidente interino su secretario de relaciones exteriores, Francisco León de la Barra; además se acordaba el fin de hostilidades entre el gobierno federal y la revolución. Los liberales llamaron traidor a Madero y rechazaron los Tratados de Ciudad Juárez.

De la Barra, que como embajador en los Estados Unidos dos años atrás había organizado un sistema de espionaje para perseguir y sabotear las actividades del PLM, se dio a la tarea de desarmar a los liberales que no aceptaban los tratados de paz.

Controversia Anexionista

Existe una controversia basada en una versión que considera la incursión del PLM en Baja California como una expedición de filibusteros guiados por Ricardo Flores Magón con el fin de crear un Estado independiente de México que más tarde sería anexado a Estados Unidos, y no la continuación del plan insurreccional que la Junta del PLM llevaba a cabo desde 1906 y en el cual el control de Baja California formaba parte de una estrategia de repliegue en el norte del país, considerando la debilidad de las guarniciones federales en la península.

Tras la captura de Mexicali, a Simón Berthold y José María Leyva se les atribuye haber dado a la prensa, a fines de febrero de 1911, la versión de que el objetivo de la campaña era crear una "república socialista independiente"; o una mancomunidad cooperativa en Baja California. Durante la toma de El Álamo, el líder rebelde John R. Mosby ofreció la gubernatura de Baja California a un ranchero estadounidense de nombre Newton House, aunque éste rechazó la oferta. En San Diego, Carl Pryce declaró a la prensa que veía con buenos ojos que el territorio de Baja California se anexara a Estados Unidos. Con estos antecedentes, la toma de Tijuana estuvo enmarcada por una serie de confusiones provocadas por Dick Ferris, un promotor artístico de Los Ángeles y empresario aventurero; otra fuentes de confusiones fueron la delegación del mando militar en Carl Pryce, un militar aventurero que permitió el ingreso de simples mercenarios a las filas del Ejército Liberal, y la falta de respuesta oportuna de los miembros de la Junta Organizadora del PLM para corregir los errores.

Dick Ferris divulgó en los primeros días de junio de 1911, en la ausencia de la Junta Organizadora y de Carl Pryce, que en Tijuana los rebeldes lo habían elegido como presidente de un nuevo Estado que tomaría el nombre de "República de Madero", sin hacer mención al tipo de sistema de gobierno que se establecería en la península. Las declaraciones de Dick Ferris causaron sensación en la prensa de México y de EE. UU.. Sin embargo en pocos días los liberales retomaron el control en Tijuana, Pryce jamás regresó a las filas de la rebelión pues prefirió volver a Canadá, mientras los soldados proclives al filibusterismo poco a poco se dispersaron.

La presencia de soldados de origen anglosajón en el ejército del PLM, dio motivo para que en México se extendiera la versión de que la finalidad de la rebelión era crear una república socialista independiente que más tarde sería anexada a los Estados Unidos. La poca información publicada por la Junta Organizadora, las declaraciones ambiguas de Dick Ferris, y los comentarios sensacionalistas de la prensa en ambos lados de la frontera, fueron terreno fértil para elaborar hipótesis. El historiador Velasco Ceballos describió a Ferris como un millonario que financió el filibusterismo, apoyado por el militar Carl Pryce, y a Flores Magón como el encargado de atraer el apoyo mexicano. En la prensa mexicana la derrota del Ejército Liberal a manos de las fuerzas federales, posiblemente apoyados por civiles locales que creían combatir una invasión extranjera el 22 de junio de 1911, fue presentada por el periódico El Imparcial de Tijuana como "La gloriosa defensa de Baja California" y afirmaba que en efecto existió una "república socialista" del 10 de mayo al 22 de junio de 1911.



Una investigación posterior de Pablo L. Martínez afirmaba que la versión de la república socialista independiente pudo originarse en el miedo al efecto que pudiera causar el sistema político y económico anarquista planteado por los liberales en la región, que no consistía en crear un nuevo Estado sino al contrario avanzar hacia la abolición progresiva de éste (según el Programa del PLM), y que la elección de Dick Ferris como "presidente de un nuevo Estado" en Tijuana en realidad había sido una versión inventada en Los Ángeles. Sin embargo, el cotejo de documentos y las notas publicadas en los periódicos de California no sostienen las tesis de Martínez. Del mismo modo quedó demostrado que Ferris no era un millonario capaz de financiar aventuras militares, que a pesar de su ánimo aventurero la "República de Madero" fue sólo una farsa y que si bien el PLM permitió el ingreso de filibusteros extranjeros en sus filas fue un error táctico de la Junta Organizadora que, como en ocasiones anteriores, llevó al fracaso la insurrección de los liberales. Así, la hipótesis de una república socialista independiente patrocinada por capitalistas estadounidenses y Ricardo Flores Magón es errónea.

Ricardo y Enrique Flores Magón


Resultados

En resumen, la revuelta magonista ocurrida en 1911 fue un parte aguas en la historia de Baja California, puesto que antes de ella la región estaba despoblada y aislada del resto de la república, pero a partir de 1920 debido a la falta evidente de un control sobre el área, los gobiernos local y central pusieron en práctica una serie de medidas que gradualmente integraron el territorio al resto del país. La incursión también resultó el acontecimiento más significativo en la historia de la zona durante el siglo XX, ya que reforzó el sentido de identidad nacional entre los habitantes, ya en proceso de formación desde hacía muchas décadas.

Fuentes:

-http://www.todopormexico.org/t6806-invasion-filibustera-a-baja-california

-http://www.colef.mx/fronteranorte/articulos/FN13/2-f13_Revuelta_magonista_de_1911_BC_desarrollo_sentimiento_nacional.pdf

-https://es.wikipedia.org/wiki/Revoluci%C3%B3n_majnovista

0 comentarios:

miércoles, 20 de enero de 2016

La Revuelta de Haymarket

La Revuelta de Haymarket
¿Qué fue?

El incidente de Haymarket o revuelta de Haymarket fue un hecho histórico que tuvo lugar en Haymarket Square (Chicago, Estados Unidos) el 4 de mayo de 1886 y que fue el punto álgido de una serie de protestas que desde el 1 de mayo se habían producido en respaldo a los obreros en huelga, para reivindicar la jornada laboral de ocho horas. Durante una manifestación pacífica una persona desconocida lanzó una bomba a la policía que intentaba disolver el acto de forma violenta. Esto desembocó en un juicio, años después calificado de ilegítimo y deliberadamente malintencionado, hacia ocho trabajadores anarquistas y anarcocomunistas, donde cinco de ellos fueron condenados a muerte (uno de ellos se suicidó antes de ser ejecutado) y tres fueron recluidos. Fueron denominados Mártires de Chicago por el movimiento obrero.

Posteriormente este hecho dio lugar a la conmemoración del 1 de mayo, originalmente por parte del movimiento obrero, y actualmente considerado en la gran mayoría de los países autodenominados democráticos (exceptuando los Estados Unidos, el Reino Unido y el Principado de Andorra), el Día internacional de los trabajadores.



Contexto

Los hechos que dieron lugar a esta revuelta están contextualizados en los albores de la revolución industrial en los Estados Unidos. A fines del siglo XIX Chicago era la segunda ciudad de EE.UU. Del oeste y del sudeste llegaban cada año por ferrocarril miles de ganaderos desocupados, creando las primeras villas humildes que albergarían a cientos de miles de trabajadores. Además, estos centros urbanos acogieron a emigrantes venidos de todo el mundo a lo largo del siglo XIX.

Una de las reivindicaciones básicas de los trabajadores era la jornada de ocho horas. El hacer valer la máxima ocho horas para el trabajo, ocho horas para el sueño y ocho horas para la casa. En este contexto se produjeron varios movimientos. En 1829 se formó un movimiento para solicitar a la legislatura de Nueva York la jornada de ocho horas. Anteriormente existía una ley que prohibía trabajar más de dieciocho horas, salvo caso de necesidad. Si no había tal necesidad, cualquier funcionario de una compañía de ferrocarril que hubiese obligado a un maquinista o fogonero a trabajar jornadas de dieciocho horas diarias debía pagar una multa de veinticinco dólares.

El movimiento sindical en Canadá inició una campaña similar a partir de 1872 a favor del día laboral limitado y de los derechos sindicales, que se obtuvieron en la década de los 1870 en ese país.

Corría el año de 1877 y las huelgas de los ferroviarios, las reuniones y las grandes movilizaciones en Estados Unidos eran reprimidas a balazos, golpes y prisión. Estas mismas tácticas represivas y la necesidad imperiosa por la defensa y la asociación para buscar mejoras en las condiciones de trabajo que en ese tiempo eran de semiesclavitud dieron pie a la gestación de un movimiento de resistencia y lucha de trabajadores que algunos años mas tarde daría sus frutos.



En 1880 quedó conformada la federación de organizaciones de sindicatos y trade unions (Federation of Organized Trades and Labor Unions), y en 1884 se aprobó una resolución para establecer a partir del primero de mayo de 1886, mediante la Huelga General en todo EEUU, las ocho horas de trabajo. Esto despertó un interés y un apoyo generalizado, ya que por aquella época el horario de trabajo obligatorio era de 10, 12 o 14 horas diarias normalmente. De estas jornadas tampoco estaban excluidos l@s miles de niñ@s, ni por supuesto las mujeres a quienes se les pagaban salarios inferiores, sin mencionar que de por sí los salarios eran muy bajos y las condiciones de trabajo insalubres. La efervescencia fué tal en todo EEUU que los sindicatos y las trades unions aumentaban geométricamente. Por ejemplo, el número de miembros de los Caballeros del Trabajo subió de 100.000 en el verano de 1885 a 700.000 al año siguiente.

La mayoría de los obreros estaban afiliados a la Noble Orden de los Caballeros del Trabajo, con una importante influencia anarquista, pero tenía más preponderancia la American Federation of Labor (AFL) (Federación Americana del Trabajo). En su cuarto congreso, realizado el 17 de octubre de 1884, había resuelto que desde el 1 de mayo de 1886 la duración legal de la jornada de trabajo debería ser de ocho horas. En caso de no obtener respuesta a este reclamo, se iría a una huelga. Recomendaba a todas las uniones sindicales a tratar de hacer promulgar leyes con ese contenido en todas sus jurisdicciones. Esta resolución despertó el interés de todas las organizaciones, que veían que la jornada de ocho horas posibilitaría obtener mayor cantidad de puestos de trabajo (menos desocupación). Esos dos años acentuaron el sentimiento de solidaridad y acrecentó la combatibilidad de los trabajadores en general.

En 1886, el presidente de Estados Unidos Andrew Johnson promulgó la llamada Ley Ingersoll, estableciendo las ocho horas de trabajo diarias. Al poco tiempo, diecinueve estados sancionaron leyes que permitían trabajar jornadas máximas de ocho y diez horas (aunque siempre con cláusulas que permitían hacer trabajar a los obreros entre catorce y dieciocho horas). Las condiciones de trabajo eran similares, y las condiciones en que se vivía seguían siendo insoportables.



Historia

En 1886, el presidente Andrew Johnson, promulgó la llamada Ley Ingersoll, mediante la cual se establecía la jornada de ocho horas, (esto, ante las 10, 12 y 14 horas). De estas jornadas tampoco estaban excluidos los miles de niños, ni las mujeres a quienes se les pagaban salarios inferiores.

La Noble Orden de los Caballeros del Trabajo (la principal organización de trabajadores en EE.UU.) remitió una circular a todas las organizaciones adheridas donde manifestaba: "Ningún trabajador adherido a esta central debe hacer huelga el 1° de mayo ya que no hemos dado ninguna orden al respecto". Este comunicado fue rechazado de plano por todos los trabajadores de EE.UU. y Canadá, quienes repudiaron a los dirigentes de la Noble Orden por traidores al movimiento obrero.

El 1 de mayo de 1886, 200.000 trabajadores iniciaron la huelga, mientras que otros 200.000 obtenían esa conquista con la simple amenaza de paro.

La paralización de los centros de trabajo se generalizó. La huelga paralizó cerca de 12.000 fábricas a través de los EEUU. En Detroit, 11.000 trabajadores marcharon en un desfile de ocho horas. En Nueva York, una marcha con antorchas de 25.000 obreros pasó como torrente de Broadway a Union Square; 40.000 hicieron huelga. En Cincinnati un batallón obrero con 400 rifles Springfield encabezó el desfile. En Louisville, Kentucky, más de 6000 trabajadores, negros y blancos, marcharon por el Parque Nacional violando deliberadamente el edicto que prohibía la entrada de gente de color. En Chicago que era el baluarte de la huelga, paró casi completamente la ciudad. 30.000 obreros hicieron huelga, aunque empresas como en la fábrica de materiales de Mc Cormick y alguna otra se dieron a la tarea de contratar esquiroles. El día 2 se realizó un mitin de los obreros despedidos de Mc Cormick para protestar por los 1.200 despidos y los brutales atropellos policiales. Mientras Spies dirigía su discurso a un grupo de 6000 a 7000 trabajadores, unos cuantos centenares fueron a recriminar su actitud a los esquiroles que en ese momento salían de la planta. Rápidamente llegó la policía, cuya acción dejó seis muertos y gran cantidad de heridos. La indignación ganó los corazones de los trabajadores movilizados. Spies corrió a las oficinas del Arbeiter Zeitung y publicó allí un manifiesto que fué distribuido en todas las reuniones obreras: "(...) Si se fusila a los trabajadores responderemos de tal manera que nuestros amos lo recuerdarán por mucho tiempo (...)".



En Chicago donde las condiciones de los trabajadores eran mucho peores que en otras ciudades del país las movilizaciones siguieron los días 2 y 3 de mayo. El 3 de mayo, el crecimiento de la huelga era "alarmante". En el movimiento participaban más de 340.000 trabajadores por todo el país, 190.000 de ellos en huelga. Solo en Chicago, 80.000 hacían huelga. La única fábrica que trabajaba era la fábrica de maquinaria agrícola McCormick que estaba en huelga desde el 16 de febrero porque querían descontar a los obreros una cantidad para la construcción de una iglesia. La producción se mantenía a base de rompehuelgas (esquiroles). El día 2 la polícia había disuelto violentamente una manifestación de más de 50.000 personas y el día 3 se celebraba una concentración en frente de sus puertas, cuando estaba en la tribuna el anarquista August Spies sonó la sirena de salida de un turno de rompehuelgas. Los concentrados se lanzaron sobre los scabs (amarillos) comenzando una pelea campal. Una compañía de policías, sin aviso alguno, procedió a disparar a quemarropa sobre la gente produciendo seis muertos y varias decenas de heridos.

La proclama terminaba convocando un acto de protesta para el día siguiente, el 4 de mayo, a las cuatro de la tarde, en Haymarket Square. Se consiguió un permiso del alcalde Harrison para hacer un acto a las 19.30.

El 4 de mayo a las 21:30 el alcalde, quien estuvo presente en el acto de Haymarket Square para garantizar la seguridad de los obreros, dio por terminado éste. Pero el mismo siguió con gran parte de la concurrencia (más de 20.000 personas). El inspector de la policía John Bonfield consideró que habiendo terminado el acto no debía permitir que los obreros siguieran en ese lugar, y junto a 180 policías uniformados avanzó hacia el parque y empezó a reprimirlos. De repente estalló entre los policías un artefacto explosivo que mató a un oficial de nombre Degan y produjo heridas en otros. La policía abrió fuego sobre la multitud, matando e hiriendo a un número desconocido de obreros. Se declaró el estado de sitio y el toque de queda, y en los días siguientes se detuvo a centenares de obreros, los cuales fueron golpeados y torturados, acusados del asesinato del policía. Se realizaron cantidad de allanamientos y se descubrió la fabricación de arsenales de armas, municiones, escondites secretos y hasta "un molde para fabricar torpedos navales".



El 21 de junio de 1886, se inició la causa contra 31 responsables, siendo luego reducido el número a 8. Pese a que el juicio fue en todo momento una farsa y se realizó sin respetar norma procesal alguna, la prensa amarilla sostenía la culpabilidad de todos los acusados, y la necesidad de ahorcar a los extranjeros.[cita requerida] Aunque nada pudo probarse en su contra, los ocho de Chicago fueron declarados culpables, acusados de ser enemigos de la sociedad y el orden establecido: August Spies, Adolph Fischer, George Engel, Louis Lingg, Michael Schwab, Samuel Fielden, Oscar Neebe , y Albert Parsons que ni siquiera estaba en el lugar de los hechos. Fielden y Schwab recibieron cadena perpetua, Neebe quince años en prisión, mientras los otros fueron condenados a muerte. Lingg logró suicidarse en su celda con dinamita antes de que lo colgaran.

Lo inaudito fue que el fiscal no tenia prueba alguna de la conexión entre estos hombres y el hombre que tiro la bomba. Su argumento era que los anarquistas eran culpables por no haber tratado de desanimar al agresor, lo cual los hace conspiradores e igualmente responsables. Gracias a este disparate, este juicio ha pasado a la historia por la gran injusticia que se llevo a cabo.

El 11 de Noviembre de 1887, Spiers, Parsons, Fischer, y Engel fueron llevados a la horca mientras cantaban La Marsellesa, en ese entonces el himno del movimiento revolucionario.
Es evidente que el Proceso de Chicago contra los ocho sindicalistas anarquistas produjo una sentencia dónde primó el principio de la ‘razón de Estado’ y que no se buscaron pruebas legales ni se tuvo en cuenta la normativa jurídica de la época. Se quiso juzgar a las ideas anarquistas en la cabeza de sus dirigentes, y en ellos escarmentar al movimiento sindical norteamericano en su conjunto.

Para ello fueron amañados testigos, se dejaron de lado las normas procesales, y los miembros del jurado -como se demostró pocos años después- fueron seleccionados fraudulentamente. Entre otras anomalías procesales, la primera fue que se los juzgó colectivamente, y no en forma individual, como disponía la legislación penal. Se trataba de un juicio político, y la causa no era la violencia desatada el 4 de mayo de 1886, sino las ideas anarquistas, por un lado, y la necesidad de impedir el avance de la organización gremial que había paralizado a los Estados Unidos el 1º de mayo del mismo año, por el reclamo de la jornada laboral de ocho horas.



Fuentes:





0 comentarios:

Blogger Template by Clairvo