Acción Directa
por Voltairine de Cleyre
Reseña Biográfica:
Voltairine De Cleyre (1866-1912) fué una
anarquista y feminista estadounidense y una teórica activa durante la época de
la revuelta de Haymarket . Ella es la persona que, en respuesta de la oferta
del Senador Joseph R. Hawley de dar mil dólares a quien le pusiera a tiro a un
anarquista, dijo:
"Usted puede, con sólo pagar el pasaje
en carroza hasta mi casa, dispararme sin que le cueste nada. Pero si el pago de
los 1000 dólares es una parte necesaria de su propuesta, entonces cuando yo le
haya dado el balazo a usted, le daré el dinero a la propagandización de la idea
de una sociedad libre en la cual no hayan ni asesinos ni presidentes, ni
pordioseros ni senadores."
Acción Directa:
Desde la perspectiva de alguien que piense por sí mismo y sea
capaz de discernir una ruta sin desvíos a seguir para el progreso de la
humanidad, para que haya cualquier tipo de progreso, quien, teniendo una ruta
tal trazada en la mente, haya buscado cómo enseñarsela a los demás, hacerles
verla como la ve él mismo; quien haciendo eso al mismo tiempo ha elegido lo que
le parecieran expresiones simples y claras para transmitir sus ideas a los
otros, - para esa persona aparece como gran fuente de tristeza y confusión del
espíritu el que la expresión "Acción Directa" de pronto haya
adquirido en las mentes del público un significado estrecho, en absoluto
implicado en las palabras mismas, y ciertamente nunca adscrito por él mismo, ni
por sus camaradas de ideas.
Sin embargo, esta es una de las bromas más comunes que el Progreso
le hace a aquellos que piensan por sí mismos para ponerles límite y medida. Una
y otra vez, nombres, frases, consignas y eslóganes, han sido puestos al revés,
patas para arriba y patas para abajo, por ocurrencias fuera del control de
aquellos que usaban las expresiones en su sentido original; y todavía, aquellos
que tercamente se han mantenido en sus posiciones, y han insistido en ser
oídos, al final han encontrado que el período de la incomprensión y el
prejuicio no ha sido sino el preludio para una más amplia investigación y
comprensión.
Me parece que este es el caso con la presente confusión en torno
al término Acción Directa, el cual a través del malentendido o la deliberada
deformación de ciertos periodistas de Los Angeles en el momento en que los
McNamaras se declararon culpables, de pronto adquirió en la mente del público
el sentido de "Ataques por la Fuerza contra la Vida y la Propiedad."
Esto era o muy ignorante o muy deshonesto por parte de los periodistas; pero ha
tenido el efecto de despertar la curiosidad de mucha gente por conocer todo lo
que tiene que ver con la acción directa.
De hecho, aquellos que con tanto fervor y desatino la condenan,
encontrarán viéndolo más de cerca que ellos mismos en muchas ocasiones han
practicado la acción directa, y continuarán haciéndolo.
Cada persona que alguna vez haya pensado que tenía el derecho de
expresarse, y valientemente hubiese procedido a hacerlo, solitariamente o junto
con otros que compartiesen sus convicciones, ha sido practicante de la Acción
Directa. Hace unos treinta y tantos años, recuerdo que el Ejército de Salvación
practicaba vigorosamente la acción directa para mantener la libertad de sus
miembros de expresarse, reunirse y rezar. Una y otra vez fueron arrestados,
multados y puestos en prisión; pero continuaron cantando, orando y marchando
hasta que finalmente obligaron a sus perseguidores a dejarlos en paz. Los
Trabajadores Industriales llevan hoy la misma lucha, y en una serie de casos,
han obligado a los funcionarios a dejarlos en paz por medio de esas mismas
tácticas directas.
Cada persona que alguna vez haya planeado hacer alguna cosa, y fue
y la hizo, o que haya presentado un plan a los demás y ganado su cooperación
para hacerla con ellos, sin tener que dirigirse a autoridades exteriores a
pedirles que por favor la hicieran por ellos, ha sido practicante de la acción
directa. Todos los experimentos cooperativos son esencialmente, acción directa.
Toda persona que alguna vez en su vida haya tenido que resolver
una diferencia con otra persona, y se haya dirigido directamente a la otra u
otras personas involucradas para resolverla, ya sea de manera pacífica u otra,
era un practicante de la acción directa. Ejemplos de acciones de ese tipo lo son
las huelgas y los boicots; muchas personas se recordarán la acción de las amas
de casa de Nueva York que boicotearon a los carniceros, y lograron que se
bajase el precio de la carne; en el presente parece divisarse un boicot de la
mantequilla, como respuesta directa a los que ponen los precios de ese
producto.
Estas acciones por lo general no se deben a que alguien se ponga a
pensar demasiado acerca de los méritos de lo directo o de lo indirecto de la
acción, sino que son recursos espontáneos de aquellos que se sienten oprimidos
por una situación. En otras palabras, todo el mundo es, la mayor parte de las
veces, creyente en el principio de la acción directa, y lo practica. Sin
embargo, la mayoría de la gente también practica la acción indirecta o política
[hoy en día, legal o reformista, N. del T.]. Y son ambas cosas al mismo tiempo,
sin hacer un análisis profundo de la una o de la otra. Sólo hay un número
limitado de gente que evitan la acción política en todas las circunstancias;
pero no hay nadie, nadie en absoluto, que haya sido tan "imposible"
como para evitar todo tipo de acción directa.
La mayoría de la gente pensante son en realidad oportunistas, ora
inclinándose tal vez más hacia la acción directa, ora a lo indirecto como cosa
general, pero en realidad usan ambos medios cuando la oportunidad así lo
amerita. Eso quiere decir que estan aquellos que sostienen que el llevar al
poder a los gobernantes a través de los votos es una cosa esencialmente
estúpida y errónea, pero que sin embargo bajo la presión de circunstancias
especiales estarían dispuestos a considerar que lo más sabio es el votar por
tal o cual individuo para determinado puesto en esa ocasión particular. O
también están aquellos que creen que en general, la forma más sabia para que la
gente consiga lo que quiere es por el método indirecto de votar por alguien que
legalice lo que quieren; pero que sin embargo, ocasionalmente y bajo
condiciones excepcionales aconsejan una huelga; y una huelga, como ya lo he
dicho, es acción directa. O pueden hacer como los agitadores del Partido
Socialista (que hoy en día, en su mayoría se proclaman contrarios a la acción
directa) hicieron el verano pasado, cuando la policía estaba interrumpiendo sus
actos. Fueron a los lugares de los actos como fuerza, preparados para hacer sus
discursos sí o sí, y lograron hacer retroceder a la policía. Y mientras eso no
era algo lógico de su parte, el oponerse de esa manera a los ejecutores legales
de la voluntad de la mayoría, era una perfecta y exitosa muestra de la acción
directa.
Aquellos que, por la esencia de sus convicciones, estan
comprometidos con la Acción Directa sólo son -- quiénes? Pues, los
no-resistentes; precisamente aquellos que no creen para nada en la violencia!
Ahora, por favor no cometan el error de inferir de ello que yo digo que acción
directa quiere decir no-resistencia; nada de eso. La acción directa puede ser
el extremo de la violencia, o puede ser tan pacífica como las aguas mansas del
arroyuelo de Shiloa. Lo que quiero decir es que los no-resistentes sólo pueden
creer en la acción directa y nunca en la acción política. Porque la base de
toda acción política es la coherción; aún cuando el Estado hace cosas buenas,
en última instancia depende del garrote, la pistola o la prisión para que su
poder las ponga en práctica.
Hoy en día, cada niño en edad escolar en los Estados Unidos ha
tenido noticia de la acción directa de ciertos no-resistentes a través de las
clases de historia. El caso que inmediatamente todo el mundo recuerda es el de
los primeros Cuáqueros que llegaron a Massachussets. Los Puritanos habían
acusado a los Cuáqueros de "perturbar al mundo con su prédica por la
paz." Ellos (los Cuáqueros) se negaron a pagar los impuestos de la
iglesia, se negaron a portar armas, y se negaron a jurar lealtad a cualquier
tipo de gobierno (Y al hacerlo se convertían en activistas directos, o lo que
podríamos llamar activistas directos negativos). De modo que los Puritanos,
siendo practicantes de la acción política, aprobaron leyes para excluirlos,
deportarlos, multarlos, encarcelarlos, mutilarlos y finalmente, mandarlos a la
horca. Y los Cuáqueros volvían una y otra vez (lo que era una acción directa de
tipo positivo); y la historia registra que luego del ahorcamiento de cuatro
Cuáqueros, y de que el cuerpo de Margaret Brewster hubiese sido arrastrado por
un carro por las calles de Boston, "los Puritanos renunciaron a seguir
intentando silenciar a los nuevos misioneros"; que "la persistencia
de los Cuáqueros y su no-resistencia habían ganado la batalla."
Otro ejemplo de acción directa en la temprana historia colonial,
pero esta vez para nada del tipo pacífico, fue el incidente conocido como la
Rebelión de Bacon. Todos nuestros historiadores defienden, por cierto, la
acción de los rebeldes en ese incidente, porque éstos tenían razón. Y sin
embargo, se trató de un caso de acción directa violenta contra una autoridad
legalmente constituída. Para aquellos que hayan olvidado los detalles, déjenme
recordarles brevemente que los agricultores de Virginia temían, con razón, una ofensiva
general de los indios. Siendo activistas políticos pidieron, o Bacon como su
dirigente pidió, que el gobernador les aprobase una comisión para reclutar
voluntarios para su propia defensa. El gobernador temía, también con razón, que
una compañía así de hombres armados se convirtiese en una amenaza para él. El
gobernador rechazó la petición. Como consecuencia, los agricultores recurrieron
a la acción directa. Reclutaron voluntarios sin la comisión, y lograron repeler
a los indios. Bacon fue declarado traidor por el gobernador, pero dado que la
gente lo apoyaba, el gobernador tenía miedo de proceder contra él. Al final,
sin embargo, las cosas llegaron al punto tal de que los rebeldes incendiaron
Jamestown; y de no haber sido por la muerte de Bacon, mucho más se habría
podido lograr. Por supuesto, la reacción fue muy cruenta, tal y como suele
suceder cada vez que una rebelión colapsa o es aplastada. Sin embargo, aún
durante el breve período de éxito, logró corregir muchos abusos. Estoy seguro
que los que abogaban por la acción política a toda costa en aquellos tiempos,
después de que la reacción regresó al poder deben de haber dicho: "Vean lo
que los males de la acción directa no han traído! Qué desgracia, el progreso de
la colonia ha retrocedido veinticinco años;" olvidando que si los colonos
no hubiesen recurrido a la acción directa, sus cabelleras habrían sido
arrancadas por los indios un año antes, en vez de que un cierto número de ellos
hubiesen sido ahorcados por el gobernador un año después.
En el período de agitación y excitación que precedió a la
revolución , hubo todo tipo de acciones directas, desde las más pacíficas a las
más violentas; y creo que casi todos los que hayan estudiado la historia de los
Estados Unidos encuentra en el recuento de esas actividades la parte más
interesante de la historia, la parte que más facilmente se graba en la memoria.
Entre las acciones pacíficas que tuvieron lugar, estaban los
acuerdos de no-importación, las ligas para usar telas hiladas en el país y los
"comités de correspondencia." A medida que el crecimiento inevitable
de las hostilidades se fue desarrollando, se desarrolló la acción directa
violenta; por ejemplo, en la destrucción de los sellos de impuestos, o la
acción referente a los barcos de té, ya sea el no permitir el desembarque del
té, o su almacenamiento en lugares inundados, o el arrojarlos al agua en el
puerto, como en Boston, o el obligar al dueño del barco carguero a incendiar su
propia nave, como se hizo en Annapolis. Todas esas son acciones registradas en
nuestros libros de texto más comunes, ciertamente no de manera condenatoria,
sin siquiera una disculpa, aunque todas ellas sean casos de acción directa
contra la autoridad legalmente constituída y los derechos de propiedad. Si
llamo la atención sobre ellas y otras de naturaleza similar, es para probar a
los repetidores irreflexivos de palabras que la acción directa siempre ha sido
usada, y goza de la sanción histórica de la misma gente que hoy en día la
reprueba.
Se dice que George Washington había sido el dirigente de la liga
de no-importación de los agricultores de Virginia; hoy en día él probablemente
habría sido "llamado al orden" por una corte por haber formado una
liga así; y en caso de haber persistido en el intento, habría sido multado por desacato.
Cuando el gran conflicto entre el Norte y el Sur iba pasando de
rojo a morado, una vez más fue la acción directa la que precedió y precipitó a
la acción política. Y hasta podría afirmar que la acción política nunca tiene
lugar, y no es ni siquiera contemplada hasta que las mentes adormecidas primero
no hayan sido despertadas por actos directos de protesta contra las condiciones
existentes.
La historia del movimiento contra la esclavitud y la Guerra Civil
es una de las más grandes paradojas, aunque históricamente sea una cadena de
paradojas. Políticamente hablando , fueron los estados esclavistas los que
representaban una mayor libertad política, por la autonomía del estado
individual contra la interferencia de los Estados Unidos; políticamente hablando,
eran los Estados no-esclavistas los que representaban un gobierno fuerte y
centralizado el cual, los secesionistas decían y con razón, estaba destinado a
evolucionar progresivamente hacia formas más y más tiránicas. Que fue lo que
ocurrió. Desde el fin de la primera Guerra Civil, ha habido un continuo
traspasar del poder federal de las fronteras de lo que originariamente eran las
atribuciones de los Estados individuales. Los esclavos-asalariados, en sus
luchas de hoy, son continuamente lanzados al conflicto con ese poder
centralizado contra contra el cual protestaba el esclavista (con la libertad en
los labios y la tiranía en el corazón). Éticamente hablando, eran los estados
no-esclavistas los que de modo general representaban una mayor libertad humana,
mientras que los secesionistas representaban la esclavitud racista. Esto sólo
de un modo general; o sea, que la mayoría de los norteños, no estando
acostumbrados a estar rodeados por la presencia real de la esclavitud de los
negros a su alrededor, pensaron que probablemente era un error; aunque no
mostraban tanto fervor en abolirla. Sólo los Abolicionistas, y esos eran
relativamente pocos, fueron los éticos genuinos, para los cuales la esclavitud
en sí -no la secesión o la unión- era la cuestión principal. De hecho, era tan
fundamental para éstos, que una cantidad considerable de ellos estaban a favor
de la disolución de la unión, promoviendo el que el Norte tomase la iniciativa
en la cuestión de disolverla para que los pueblos del Norte pudiesen sacudirse
la vergüenza de mantener negros en cadenas.
Por supuesto, había todo tipo de gentes con todo tipo de
temperamentos entre aquellos que abogaban por la abolición de la esclavitud.
Había cuáqueros como Whittier (sin duda, eran los cuáqueros que estaban por la
paz a toda costa que habían abogado por la abolición en los tempranos días de
la colonia); había activistas políticos moderados, que estaban a favor de
comprar la libertad de los esclavos como el método más barato; y había gente
extremadamente violenta, que creían en y hacían todo tipo de cosas violentas.
En cuanto a lo que hicieron los políticos, hay una larga lista de
"amenazar-con-hacerlo-para-no-hacer-mucho," un récord de treinta años
de compromisos, negociaciones e intentos de dejar las cosas como estaban, y de
repartir migajas a ambos bandos cuando nuevas condiciones demandaban hacer
algo, o hacer de cuentas que se hacía algo. Pero "las estrellas en sus
órbitas lucharon contra Sisera;" el sistema se estaba resquebrajando desde
adentro y los partidarios de la acción directa desde el exterior a su vez
ensancharon las grietas implacablemente.
Entre las distintas expresiones de rebelión directa estuvo la
organización de la "vía ferroviaria clandestina." La mayoría de la
gente que perteneció a ella creía en ambas formas de acción; pero no importa
cuanto se adherían teóricamente a la idea del derecho de la mayoría de
promulgar y hacer cumplir las leyes, no creían en ella en ese punto. Mi abuelo
fue miembro de la "clandestinidad;" ayudó a más de un esclavo fugitivo
a escapar hacia Canadá. Él era un hombre muy paciente y obediente de las leyes
en la mayoría de los aspectos, aunque a menudo he pensado que él respetaba la
ley porque no había tenido mucho contacto con ella; siempre llevando una vida
de pionero, por lo general la ley estaba bastante lejos de él, y la acción
directa era un imperativo. Sea como fuere, respetuoso de la ley o no, él no
tenía el más mínimo respeto por las leyes esclavistas, no importa que hubiesen
sido decididas por una mayoría de diez a uno, y violó concientemente cada una
de las que se les cruzó en el camino.
Había momentos en que la operación de la
"clandestinidad" requería de la violencia, y se hacía uso de ella.
Recuerdo el relato de una vieja amiga que me contaba cómo ella y su madre
montaban guardia toda la noche tras la puerta, mientras que un esclavo que
estaba siendo buscado por las patrullas estaba escondido en el sótano; y aunque
eran descendientes y simpatizantes de los cuáqueros, tenían una escopeta encima
de la mesa. Afortunadamente, no necesitaron hacer uso de ella esa noche.
Cuando se aprobó la ley de los esclavos fugitivos con la ayuda de
los activistas políticos del Norte que querían ofrecer una nueva migaja a los
esclavistas, los activistas directos se lanzaron a rescatar fugitivos
recapturados. Tuvieron lugar el "rescate de Shardrach" y el
"rescate de Jerry," los participantes en este último rescate
estuvieron dirigidos por el famoso Gerry Smith; así como muchos otros intentos
exitosos y fallidos de rescate. Todavía los políticos seguían perdiendo el
tiempo y tratando de limar asperezas, y los abolicionistas fueron denunciados y
detractados por los pacificadores ultraobedientes de la ley, prácticamente de
la misma forma en que Wm. D. Haywood y Frank Bohn son ahora denunciados por su
propio partido.
El otro día leí un comunicado en el Chicago Daily Socialist del
secretario local del Partido Socialista de Louisville al secretario nacional,
pidiéndole que sustituyesen a Bohn -que había sido anunciado para hablar allí-
por otro orador seguro y en su sano juicio. Al explicar el porqué, el Sr. Dobbs
menciona una cita de la charla de Bohn: "Si los McNamaras hubiesen tenido
éxito al defender los intereses de las clases trabajadoras, habrían tenido
razón, tanta como la habría tenido John Brown de haber tenido éxito en liberar
a los esclavos. El único crimen de John Brown fue la ignorancia, así como la
ignorancia fue el único crímen de los McNamaras."
Sguidamente, el Sr. Dobbs comenta lo siguiente: "Cuestionamos
enfáticamente las afirmaciones aquí vertidas. El intento de trazar un paralelo
entre la abierta -aunque equivocada- rebelión de John Brown por un lado, y los
métodos secretos y asesinos de los McNamaras por el otro, no sólo es un
indicador de lo superficial de su razonamiento, sino altamente engañoso en
cuanto a las conclusiones lógicas que se pueden derivar de dichas
afirmaciones."
Evidentemente, el Sr. Dobbs es muy ignorante acerca de la vida y
obra de John Brown. John Brown era un hombre de violencia; se habría burlado de
los intentos de cualquiera por hacer de él otra cosa. Y una vez que una persona
se convierte en creyente de la violencia, para él sólo es una cuestión la forma
más efectiva de aplicarla, lo que sólo puede ser determinado por un
conocimiento de las condiciones y los medios a su disposición. John Brown para
nada se amilanaba ante los métodos conspirativos. Aquellos que hayan leído la
autobiografía de Frederick Douglas y las Reminiscences de Lucy Colman, se
recordarán que uno de los planes diseñados por John Brown era el de organizar
una cadena de campamentos armados en las montañas de West Virginia, Carolina
del Norte y Tennessee, enviar emisarios secretos entre los esclavos
incitándoles a huir hacia esos campamentos y allí concertar medidas de acuerdo
a lo que permitiesen los tiempos y las condiciones para fomentar la rebelión
entre los negros. El que dicho plan haya fallado se debió a la debilidad del
deseo de libertad entre los esclavos mismos, más que a ninguna otra cosa.
Más tarde, cuando los políticos en su infinita taimadez produjeron
una proposición sobre "cómo-no-hacerlo," conocida como el Acta de
Kansas-Nebraska, que dejó al libre albedrío de los colonos la cuestión de la
esclavitud, los activistas directos de ambos bandos enviaron colonos falsos al
territorio, los que continuaron la lucha. Los hombres a favor de la esclavitud,
que llegaron primero, hicieron una constitución que reconocía la esclavitud y
una ley que penaba con la muerte a cualquiera que ayudase a escapar a un
esclavo; pero los Free Soilers, que se habían demorado un poquito más en llegar
por venir desde estados más lejanos, hicieron una segunda constitución y se
negaron del todo a reconocer las leyes de la otra parte. Y John Brown estuvo
allí, mezclado en toda esa violencia, tanto conspirativa como abierta; era un
"ladrón de caballos y asesino" a los ojos de los activistas políticos
decentes y pacíficos. Y no cabe duda de que robó caballos, sin enviar señal
alguna por adelantado de sus intenciones de robarlos, y de que mató hombres que
estaban a favor de la esclavitud. Atacó y logró huir bastantes veces antes de
su intento final en Harper's Ferry. Si no usó dinamita, fue porque entonces la
dinamita aún no había surgido como un arma práctica. Hizo muchos más ataques
premeditados a la vida que los dos hermanos que el Secretario Dobbs condena por
sus "métodos asesinos." Y sin embargo, la historia no ha dejado de
comprender a John Brown. La humanidad sabe que a pesar de que él era un hombre
violento, con samgre humana en sus manos, que era culpable de alta traición y
fue colgado por ello, sin embargo su alma era grande, fuerte, generosa, incapaz
de soportar el aterrador crimen de mantener a 4,000,000 de personas como
bestias estúpidas, y que pensó que el hacer la guerra contra eso era un deber sagrado,
divino (porque John Brown era un hombre muy religioso - un presbiteriano).
Es a través y por las acciones directas de los precursores del
cambio social, ya sean de naturaleza pacífica o bélica, que la Conciencia
Humana, la conciencia de las masas, se agita hacia la necesidad del cambio.
Sería muy estúpido el decir que nada bueno resulta jamás de la acción política;
a veces surgen cosas positivas por ese camino. Pero nunca hasta que la rebelión
individual, seguida por la rebelión de masas, lo haya forzado. La acción
directa siempre es la que lanza el grito de protesta, la iniciadora, a través
de la cual la gran masa de los indiferentes toma conciencia de que la opresión
se torna insoportable.
Hoy hay opresión en la tierra -- y no sólo en esta tierra, sino en
todos aquellos rincones del mundo que disfrutan de los tan engañosos frutos de
la Civilización. E igual que con la cuestión de la esclavitud, también esta
forma de esclavitud ha estado engendrando, tanto la acción directa como la
acción política. Una cierta fracción de nuestra población (probablemente mucho
más pequeña que la que los políticos acostumbran dar en los mitines políticos)
está produciendo la riqueza material de la que todo el resto de nosotros
vivimos; así como eran 4,000,000 de esclavos que sostenían a la masa de
parásitos que tenían encima. Esos son los trabajadores industriales y
agrícolas.
A través de la inprofesada e inprofesable operación de
instituciones que ningún individuo entre nosotros ha creado, sino que encontró
ya existentes al llegar a este mundo, la parte absolutamente más esencial de
toda la estructura social, sin cuyos servicios nadie puede ni comer, ni
vestirse o protegerse de los elementos, son justamente aquellos que reciben
menos comida, vestimenta y alojamiento -- para no mencionar su parte de todos
los otros beneficios sociales que el resto de nosotros supuestamente debemos
recibir, tales como la educación y la gratificación artística.
Esos trabajadores han, de una u otra forma, juntado mútuamente sus
fuerzas para ver qué mejoras de sus condiciones pueden conseguir; primeramente
por medio de la acción directa, y luego por la acción política. Hemos tenido al
Grange, la Alianza de Granjeros, Asociaciones Cooperativas, Experimentos de
Colonización, los Caballeros del Trabajo , Sindicatos y los Trabajadores
Industriales del Mundo. Todas esas organizaciones se han formado con el
propósito de lograr arrancar de los amos del campo económico un salario un poco
mejor, unas condiciones un poco mejores, o una jornada de trabajo un poco más
corta; o por otro lado, para resistir una reducción en los salarios, peores
condiciones o jornadas laborales más largas. Ninguna de ellas ha intentado
alcanzar una solución final para la guerra social. Ninguna de ellas, excepto
los Trabajdores Industriales, ha reconocido que existe una guerra social,
inevitable mientras las presentes condiciones legales y sociales persistan.
Aceptaron las instituciones de la propiedad tales y como las encontraron.
Estaban formadas por hombres promedio, con deseos promedio, y se abocaron a
hacer cosas que les parecían posibles y muy razonables. No estaban
comprometidos con una visión política particular y estaban organizados, pero lo
hicieron a través de la acción directa a partir de su propia iniciativa, ya sea
como actitud positiva o defensiva.
No cabe duda que entre todas esas organizaciones habían miembros
que veían más allá de las reivindicaciones inmediatas; que sí vieron que el
continuo desarrollo de las fuerzas que ahora se habían puesto en acción estaba
destinado a crear condiciones ante las cuales sería imposible que la vida
pudiese continuar sometiéndose, y contra las cuales por lo tanto, ella
protestaría, y violentamente; que ella no tendría otra elección; que debe
hacerlo o de lo contrario perecer mansamente; y dado que no está en la
naturaleza de la vida el rendirse sin dar batalla, ella no morirá mansamente.
Hace veintidos años encontré gente de la Alianza de Granjeros que hablaban así,
Caballeros del Trabajo que hablaban así, sindicalistas que hablaban así.
Querían objetivos más amplios que aquellos perseguidos por sus organizaciones,
pero tuvieron que aceptar a sus camaradas miembros como eran, y tratar de
motivarlos a trabajar por las cosas tal y como ellos las podían ver. Y lo que
ellos podían ver eran mejores precios y mejores salarios, condiciones de
trabajo menos peligrosas y tiránicas, jornadas laborales más cortas. Al nivel
de desarrollo en el que esos movimientos surgieron, los trabajadores agrícolas
no podían ver que su lucha tuviese nada que ver con las luchas de aquellos
involucrados en la industria o en el transporte; tampoco éstos últimos podían
ver que su lucha tuviese nada en común con la de los obreros agrícolas. Y es
que aún hoy muy pocos ven eso. Todavía tienen que aprender que hay una lucha
común contra aquellos que se han apropiado de la tierra, el dinero y las
máquinas.
Desafortunadamente, la gran organización de los granjeros se
malgastó en una carrera estúpida por el poder político. Tuvo bastante éxito en
conseguir el poder en varios Estados; pero las cortes declararon
inconstitucionales sus leyes, y esa fue la tumba de todas sus conquistas
políticas. Su programa original era el de construir sus propios silos,
reteniéndolos del mercado hasta poder librarse de los especuladores. Asimismo,
la organización de intercambios de mano de obra, emitiendo bonos de crédito
sobre los productos depositados para el intercambio. Si se hubiera mantenido
fiel a este programa de ayuda mutua directa habría, hasta cierto punto, al
menos por un tiempo, podido ser una ilustración de cómo la humanidad se puede
liberar del parasitismo de los banqueros e intermediarios. Por supuesto, al
final habría sido derrocado, a menos que hubiese revolucionado de gran manera
las mentes de los hombres por el ejemplo del derrocamiento del monopolio legal
de la tierra y el dinero; pero al menos habría cumplido un gran fin educativo.
En la realidad, siguió un espejismo y se desintegró a causa de su mera
futilidad.
Los Caballeros del Trabajo fueron disminuyendo hasta alcanzar una
relativa insignificancia, no por no haber hecho uso de la acción directa, ni
tampoco por haberse metido en política, lo que se dio en pequeña escala, sino
principalmente porque eran una masa heterogénea de trabajadores que no pudo
asociar sus esfuerzos de manera efectiva.
Los sindicatos ganaron en fuerza a medida que se iban retirando
los Caballeros del Trabajo, y han continuado incrementando su fuerza lenta pero
persistentemente. Es verdad que su crecimiento ha fluctuado; que han habido
retorcesos, que grandes organizaciones unitarias se han formado para volver a
dispersarse. Pero en su conjunto, los sindicatos han sido una fuerza creciente.
Lo han sido porque, siendo tan pobres como son, han sido un medio por el cual
un cierto sector de los trabajadores han sido capaces de unir sus fuerzas para
enfrentar directamente a sus amos, así lograr al menos una parte de lo que
querían --o de lo que las condiciones les dictaban que deberían tratar de
lograr. La huelga es su arma natural, la que ellos mismos se han forjado. Es el
golpe directo de la huelga el que nueve de cada diez veces es temido por el
patrón. (Por supuesto, hay ocasiones en las que se alegra por una huelga, pero
eso no es común). Y la razón por la que le tiene terror a las huelgas, no es
tanto porque piense que no la va apoder ganar, sino lisa y llanamente porque no
quiere una interrupción de sus negocios. El patrón común no le tiene mucho
miedo al "voto con conciencia de clase;" hay gran cantidad de
talleres en los que uno puede hablar acerca del Socialismo o de cualquier otro
programa político todo el día; pero si uno empieza a hablar de sindicatos
[Unionism en el original, N del T] es de esperar que lo despidan de inmediato,
o al menos que le adviertan que se calle la boca. Por qué? No porque el patrón
sea tan inteligente como para saber que la acción política es una ciénaga en la
que se empantana el trabajador, o porque considere que el socialismo
rápidamente se esté convirtiendo en un movimiento de clase media; nada de eso.
Él piensa que el socialismo es una cosa muy mala; pero es una buena salida!
Pero sabe que si su fábrica se sindicaliza, va a tener problemas de inmediato.
La mano de obra se le pondrá rebelde, va a tener que entrar en gastos para
mejorar las condiciones de la fabrica, no va a poder despedir a los
trabajadores que no le gusten, y en caso de huelga deberá esperar daños a su
maquinaria o sus edificios.
Se dice a menudo, y lo repiten como loros, que esos patrones
tienen "conciencia de clase," que se mantienen unidos por interés de clase,
y que estan dispuestos a soportar cualquier pérdida personal antes que
traicionar esos intereses. No ocurre así en absoluto. La mayoría de la gente de
negocios son igual que la mayoría de los trabajadores; se preocuman mucho más
de sus pérdidas o beneficios personales que de los de su clase. Y es esta
pérdida individual la que ve el patrón cuando es amenazado por un sindicato.
Hoy todo el mundo sabe que una huelga de cualquier tamaño
significa violencia. No importa qué preferencia ética hacia la paz se tenga, se
sabe que no será pacífica. Si es una huelga de telégrafos, significa cortar los
cables y los postes, y meter falsos rompehuelgas [esquiroles, carneros] para
que saboteen los instrumentos. Si es una fábrica de chapas de acero, significa
caerles a golpes a los rompehuelgas, romper las ventanas, desajustar las
válvulas, y destruir las caras prensas junto con toneladas y toneladas de
material. Si es una huelga de mineros, significa destruir líneas férreas y
puentes, y volar instalaciones. Si es una huelga de los trabajadores de la
confección, significa montar un incendio anónimo, lanzar una andanada de
piedras a través de una ventana aparentemente inaccesible, o tal vez un trozo
de ladrillo sobre la cabeza de dueño mismo. Si es una huelga de tranvías,
significa vías destrozadas o barricadas con el contenido de carros de hollín o
de deshechos de comida para cerdos, con vagones desechados o cercas robadas,
significa vagones incinerados o chocados e interruptores apagados.Si es una
huelga de trenes, significa motores "muertos", motores que anden
impredeciblemente, vagones de carga descarrilados y trenes retrasados. Si es
una huelga de la construcción, significa estructuras dinamitadas. Y siempre, en
todas partes, todo el tiempo, peleas entre los rompehuelgas y esquiroles contra
los huelguistas y los simpatizantes de la huelga, entre el Pueblo y la Policía.
De parte de los patrones, significa focos rastreadores, vallas
electrificadas, fortificaciones, barracas, detectives y agentes provocadores,
raptos violentos y deportaciones, y todos y cada uno de los instrumentos que
sean capaces de imaginar para su protección, además del recurso último de la
policía, la milicia, la constabularia del Estado y las tropas federales.
Todo el mundo sabe esto; todos sonríen cuando los funcionarios del
sindicato le hacen el llamado a sus organizaciones a que sean pacíficas y
respeten la ley, porque todo el mundo sabe que estan mintiendo. Ellos saben que
se hace uso de la violencia, tanto en secreto como abiertamente; y saben que
ésta es usada porque los huelguistas no pueden hacer otra cosa, sin renunciar
del todo a la lucha. Tampoco se equivocan aquellos que así recurren a la
violencia bajo la presión de delincuentes destructivos que hacen lo que hacen
por maldad innata. La gente en general comprende que hacen esas cosas por la
dura lógica de una situación que ellos no crearon, sino que los obliga a a
hacer esos ataques en función de vencer en su lucha por vivir o sucumbir en el
pozo sin fondo del descenso hacia la pobreza, que hace que la Muerte los
encuentre en el hospital de pobres, las calles de la ciudad, o las aguas sucias
del río. Esta es la terrible alternativa que los trabajadores enfrentan; y esto
es lo que hace que los seres humanos de disposición más amable - hombres que
harían todo por ayudar a un perro herido, o llevar a su casa a un gatito
extraviado y darle leche, o hacerse a un lado para no aplastar a un gusano -
hechar mano a la violencia contra sus congéneres. Ellos saben, porque lo hechos
se lo han enseñado, que esta es la única manera de ganar, si es que acaso
piensan ganar. Y siempre me ha parecido que una de las cosas más extremadamente
ridículas y absolutamente irrelevantes que una persona puede decir o hacer,
cuando un huelguista que enfrenta una determinada situación se le acerca en
busca de consuelo o asistencia, sería el responderle "Tome el poder por
medio de los votos!" cuando la próxima elección será dentro de seis meses,
o uno o dos años.
Desafortunadamente la gente que mejor sabe cómo se usa la violencia
en la guerra sindical no puede salir y decir: "En tal fecha, en tal lugar,
se hizo tal y cual acción específica, y como resultado se consiguieron tales y
cuales concesiones, o tal o cual patrón tuvo que capitular." Hacerlo
pondría en peligro su libertad y su poder para seguir luchando. Por lo tanto,
aquellos que más saben deben mantener silencio y sonreir para sus adentros,
mientras que aquellos que saben poco dicen cualquier cosa. Son lo hechos y no
las palabras, los que deben clarificar sus posiciones.
Y se ha hablado mucho sinsentido durante las últimas semanas.
Oradores y escritores, honestamente convencidos de que yo creo que solamente la
acción política puede ganar la batalla de los trabajadores, han estado
denunciando lo que ellos están complacidos en llamar "acción directa"
(lo que en realidad quieren decir es violencia conspirativa) como autora
directa de un sinnúmero de daños al movimiento. Un tal Oscar Ameringer, por
ejemplo, dijo recientemente en una asamblea en Chicago que la bomba de Haymarket
de '86 había retrasado el movimiento por las ocho horas de trabajo veinticinco
años, argumentando que el movimiento habría tenido éxito de no haber sido por
la bomba. Eso es una gran equivocación. Nadie puede medir exactamente en años y
horas el efecto de una avanzada o de una reacción. Nadie puede demostrar que el
movimiento de las ocho horas habría ganado hace veinticinco años. Sabemos que
la jornada de ocho horas había sido incluida en las leyes de Illinois en 1871
por medios políticos, y que desde entonces ha sido letra muerta. Que la acción
directa de los trabajadores la podría haber logrado en ese entonces, es algo
que no puede ser probado; pero se puede demostrar que factores mucho más
poderosos que la bomba de Haymarket operaron en contra. Por otro lado, si la
influencia reactiva de la bomba hubiese sido tan poderosa en realidad,
deberíamos naturalmente esperar que las condiciones laborales y sindicales
fuesen peores en Chicago que en las otras ciudades en las que no sucedieron ese
tipo de cosas. Al contrario, con lo malas que son, las condiciones laborales en
general son mejores en Chicago que en las demás ciudades grandes, y el poder de
los sindicatos está más desarrollado allí que en cualquier otra ciudad de los
Estados Unidos excepto San Francisco. De modo que si podemos sacar alguna
conclusión acerca de la bomba de Haymarket, hay que tener en mente estos
hechos. Personalmente, no creo que su influencia sobre el movimiento sindical
como tal haya sido tan importante.
Lo mismo ocurrirá con el furor actual acerca de la violencia. Nada
ha cambiado en lo fundamental. Dos hombres han sido enviados a prisión por lo
que hicieron (hace veinticuatro años los ahorcaban por lo que no habían hecho);
unos pocos más podrían ir a la cárcel. Pero las fuerzas de la vida continuarán
rebelándose contra las cadenas económicas, no improta qué personas bien
portadas voten o dejen de votar, hasta que las cadenas no se rompan.
Y cómo se romperán las cadenas?
Los activistas políticos nos dicen que sólo ocurrirá por medio de
la acción electoral del partido de la clase obrera; logrando elegirse para la
posesión de las fuentes de la vida y de los medios de trabajo; votando para que
aquellos que hoy controlan los bosques, las minas, las haciendas, las vías
fluviales, los depósitos y las fabricas y de la misma forma controlan el poder
militar que los defiende, entreguen su dominación al pueblo.
Y mientras tanto?
Mientras tanto, sed apacibles, industriosos, obedientes de la ley,
pacientes y frugales (como Madero le dijo que fueran a los peones rurales,
después de haberlos vendido a Wall Street)! Aún cuando algunos de vosotros
seáis pobres, no os levantéis contra ello, porque eso podría "hacer
retroceder al partido."
Bueno, ya he dicho que algunas cosas buenas salen a veces por medio
de la acción política -- y no necesariamente por la acción del partido de la
clase obrera. Pero estoy de sobra convencida de que los beneficios ocasionales
logrados estan más que balanceados por los males; tanto como estoy convencida
de que aunque hayan males ocasionales como resultado de la acción directa, son
más que compensados por los beneficios.
Casi todas las leyes que originariamente habían sido enfocadas con
la intención de beneficiar a los pobres, o se han vuelto armas en las manos de
sus enemigos, o se han vuelto letra muerta a menos que los trabajdaores hayan
obligado directamente a su observancia. O sea que al fin y al cabo, es la
acción directa sobre la que hay que apoyarse de todos modos. Como un ejemplo de
coger el lado manco de la ley basta hechar un vistazo a la ley contra los
trusts, que supuestamente iba a beneficiar al pueblo en general y a la clase
obrera en particular. Hace unas dos semanas, cerca de 250 dirigentes sindicales
fueron citados responder por cargos de ser formadores de trusts, como respuesta
de la Central de Illinois a sus huelgas.
Pero el daño de absolutizar a la fe en la acción indirecta es
mucho mayor que cualquiera de esos resultados menores. El mal principal es que
destruye la iniciativa, ahoga el espíritu individual de rebelión, le enseña a
la gente a depender de que otro haga por ellos lo que ellos deberían hacer por
sí mismos; finalmente, convierte en orgánica la anómala idea de que amasando
pasividad hasta que se consiga una mayoría, y a través de la magia peculiar de
una mayoría así, esta pasividad será transformada en energía. O sea, que la
gente que ha perdido el hábito de hacer huelgas por su propia cuenta como
individuos, que se han sometido a todas las injusticias al mismo tiempo que
esperan ver crecer a la mayoría, van a metamorfosearse en explosivos humanos de
alta potencia por un mero proceso de empaquetado!
Estoy muy de acuerdo en que las fuentes de la vida, y toda la
riqueza material de la tierra, y las herramientas necesarias para la producción
cooperativa deben volverse libremente accesibles a todos. Es una certitud para
mí que los sindicatos deben ampliar y profundizar sus propósitos o perecerá, y
estoy segura de que la lógica de la situación gradualmente les obligará a
entenderlo así. Deben apender que los problemas de los trabajadores jamás
podrán resolverse dándole golpizas a los rompehuelgas, mientras que su propia
política de mantener altas cuotas para los miembros y otras restricciones
ayuden a que sigan existiendo rompehuelgas. Deben aprender que la vía del
crecimiento no pasa tanto por la elevación de los salarios, sino por la
disminución de la jornada laboral, la que les posibilitará el aumentar su
membresía, aceptar a todos los que estén dispuestos a entrar al sindicato.
Deben aprender que si quieren ganar batallas, todos los trabajadores aliados
deben actuar juntos, actuar rápidamente (sin prestarle servicio a jefe alguno),
y mantener la libertad de seguir haciéndolo en todo momento. Y por último,
deben aprender que aún entonces (cuando hayan logrado una completa
organización) no pueden ganar nada permanente a menos que hagan huelgas por
todo -- no por una salario, no por una mejora parcial, sino por toda la riqueza
natural del planeta. Y proceder a la directa expropiación de toda ella!
Deben aprender que su poder no reside en su capacidad electoral,
que su poder reside en su capacidad de parar la producción. Es un grave error
el suponer que los asalariados constituyen la mayoría de los votantes. Los
asalariados estan hoy aquí y mañana allí, y eso impide a un gran número de
votar; un alto porcentaje de ellos en este país son extranjeros sin derecho al
voto. La prueba más patente de que los dirigentes socialistas saben que esto es
así, es que ellos en cada momento adaptan su propaganda para ganar el apoyo de
los negociantes, del pequeño inversionista. Sus artículos de campaña
proclamaban que sus entrevistadores habían recibido la seguridad por parte de
los compradores de bonos de Wall Street de que estarían igual de dispuestos a
comprar bonos de Los Angeles de un administrador socialista, como lo estarían
de uno capitalista; que la actual administración de Milwakee había sido una
bendición para el pequeño inversionista; sus panfletos aseguran a los lectores
en esta ciudad que no necesitamos ir a las grandes tiendas a comprar -- sino
que más bien compremos en tal o cual negocio de Milwakee Avenue, que será tan
capaz de satisfacer nuestras necesidades como una "gran casa
comercial." En suma, estan haciendo hasta el último desesperado esfuerzo para
ganar el apoyo y prolongar la vida de esa clase media que la economía
socialista dice debe ser demolida hasta sus cimientos, porque saben que no
pueden conseguir una mayoría sin ella.
Lo más que un partido de la clase obrera puede llegar a hacer, una
vez que se convierte en una organización consolidada, es mostrarle a la clase
de los poseedores a través de una cesación de todo trabajo, que toda la
estructura social descansa sobre los trabajadores; que todas las posesiones de
los otros no valen absolutamente nada sin la actividad de los trabajadores; que
tales protestas, como las huelgas, son inherentes al sistema de propiedad y
contínuamente recurrentes hasta que todo el sistema sea abolido -- y habiendo
demostrado esto en la práctica, proceder a expropiar.
"Pero, el poder militar," dice el activista político;
"debemos lograr el poder político, o el ejército será usado contra
nosotros!"
Contra una Huelga General de verdad, el ejército no puede hacer
nada. Claro, si tenéis a un socialista como Briand en el poder, él podría
nombrar "funcionarios públicos" a los obreros e intentar hacer que le
sirviesen a él en contra de sí mismos! Pero contra el sólido muro de una masa
trabajadora inamovible, hasta Briand se quebraría.
Mientras tanto, hasta este despertar mundial, la guerra continuará
como hasta hoy, a pesar de toda la histeria que puedan manifestar las gentes
bien intencionadas que no entienden la vida y sus necesidades; a pesar de todas
las vacilaciones de las tímidas dirigencias; a pesar de todas las venganzas reaccionarias
que se ejecuten; a pesar de todo el capital que le sacan los políticos a la
situación. Continuará porque la Vida exige vivir, y la Propiedad le niega su
libertad de vivir; y la Vida no se someterá.
Y no se debería someter.
Continuará hasta el día en que la Humanidad auto-liberada sea
capaz de cantar el "Himno al Hombre" de Swinburne:
"Gloria al Hombre en las alturas, porque Él es el Rey del
Universo."
Notas
Haymarket Riot: Manifestación anarquista
llevada a cabo en 1886 en Chicago en la que fueron muertos siete policías. [N
del T].
2 Miembros de la Sociedad de los Amigos, una
sociedad cristiana de mediados del siglo XVII que creían que el Espíritu Santo
habita en el corazón de todos los hombres (la luz interior). Fueron
violentamente reprimidos por lo que se vieron obligados a emigrar e Nueva
Inglaterra (norteamérica). Pacifistas radicales, muchos de sus representantes
fueron prominentes en reformas sociales. Una especie de izquierdistas de la
época. [N del T]
3 Movimiento protestante originario de
Inglaterra (siglos XVI y XVII) que buscaban purificar el culto de la Iglesia
Anglicana a través de la exclusión de todos aquellos elementos cuya autoridad
no pudiese ser encontrada en la Biblia [N del T]
4 A lo largo de tod el texto se usa la
palabra 'activista', pero no en el sentido que le damos hoy en día: el texto
original usa actionist, esto es en este contexto, 'partidario de una forma de
acción', lo que no se puede traducir al castellano como 'accionista'. [N del T]
5 Se refiere a la Revolución Estadounidense
(1775-83) [N. del T]
6 Como ya se debe haber visto, el significado
de la palabra 'política' de la época se asociaba más directamente a lo
institucional-estatal [N del T]
7 Brown, John (1800-59): Abolicionista
estadounidense. En 1859 incitó una insurrección de esclavos negros en Harper's
Ferry, Virginia. El intento falló y Brown fué ahorcado por traición. Este hecho
aumentó la oposición a la esclavitud.
8 Caballeros del Trabajo: Su nombre en inglés
el Knights of Labour. Sindicato pionero estadounidense formado en 1869 por los
sastres de Philadelphia, desapareciendo paulatinamente hacia inicios del Siglo
XX y siendo sustituídos por lo que sería la American Federation of Labor (la
AFL) que en sus inicios no era el sindicato blanco que es hoy en día. [N del T]
9 Briand, Aristide (1862-1932) Estadista
socialista francés, 10 veces primer ministro entre 1909 y 1929. Jugó un papel
dirigente en la separación de la Iglesia y el Estado en 1905, así como en la
formación de la Liga de las Naciones [N del T]
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